Las empresas más resilientes no solo gestionan los riesgos, sino que los transforman en ventaja competitiva. La optimización del riesgo desde una perspectiva interna genera valor, ya que ayuda a las empresas que buscan el largo plazo a hacer lo que deben de forma rápida y segura.
Una empresa bien protegida no solo evita riesgos, sino que tiene el potencial de generar disrupción en su sector.