Las empresas se han acostumbrado a vivir en un entorno marcado por los riesgos. Con un alcance y una interconexión sin precedentes, hay que estar preparado no solo para evitarlos, sino para actuar. Disponer de una respuesta adecuada a incidentes es crucial, y gracias a las nuevas tecnologías esa respuesta puede ser automatizada y más rápida.
Los equipos de seguridad actualmente se encuentran saturados de alertas e información relativa a vulnerabilidades de un creciente número de fuentes aisladas de información; Antivirus, herramientas automáticas de detección de vulnerabilidades, análisis estático de código fuente, campañas de pentesting manuales, etc. La priorización de estos incidentes y vulnerabilidades en base al potencial impacto en los procesos de negocio, la certeza de un conocimiento detallado de la interdependencia entre los distintos activos que dan soporte a los mismos, así como la automatización previa de los distintos flujos de trabajo y la delegación automática entre los distintos actores involucrados (internos y externos a la compañía), son las claves para una resolución eficiente.
Ese era el reto ante el que se encontraba Santalucia. Buscaba la tranquilidad de disponer de una respuesta integral, eficiente y adecuada ante posibles incidentes. Pero sobre todo, desarrollada de forma customizada y teniendo en cuenta las particularidades de su modelo de negocio, multiproducto y sometido a una regulación y exigencias específicas. KPMG fue el mejor aliado para conseguirlo.