La responsabilidad de las compañías pasa por tener una cadena de suministro sostenible que le permita gestionar sus impactos, así como tener en cuenta cuestiones éticas relacionadas con sus modelos de negocio.
El entorno regulatorio también ha contribuido, exigiendo a las empresas la debida diligencia en la selección y en la relación con proveedores, así como transparencia en la trazabilidad del producto, con el fin de conocer los impactos en el medio ambiente y en las personas desde el origen.
Las empresas deben conocer y gestionar los impactos ambientales y sociales en su cadena de aprovisionamiento, incluyendo tanto las condiciones laborales o en materia de trabajo infantil, como los impactos negativos generados en el medio ambiente sin olvidar las cuestiones éticas relacionadas con sus modelos de negocio. La respuesta pasa por dos elementos clave:
- La claridad en el objetivo a conseguir
- La garantía de que la compañía dispone de la información que necesita acerca de los impactos de su cadena de aprovisionamiento para poder tomar decisiones