El papel que los equipos responsables de la movilidad global juegan dentro de las organizaciones ha cambiado significativamente. Si bien hace unos años se consideraban como un equipo de soporte, reactivo para las distintas áreas del negocio, ahora desempeñan un rol estratégico y proactivo contribuyendo a alcanzar los objetivos de negocio mediante la gestión de programas de movilidad que facilitan la retención y/o atracción del mejor talento allí donde el negocio más lo reclama.
En paralelo, estos equipos desempeñan un papel clave en la consecución de los objetivos medioambientales, sociales y de gobierno de la organización (ESG). Conociendo y entendiendo cuál es el propósito y las prioridades ESG de la compañía, pueden actuar con agilidad para que las políticas de movilidad global contribuyan a su consecución. Estableciendo objetivos tangibles y alcanzables, como puede ser la revisión de la política de viajes, podrán obtenerse resultados con celeridad.
También es esencial que los programas de movilidad de las organizaciones respondan a una realidad laboral cambiante, adaptándose a modelos de trabajo híbridos y flexibles que hagan de sus políticas un instrumento de atracción de talento. Lograr que la experiencia del empleado sea “única y diferencial” comienza por diseñar una política de movilidad acorde con la realidad y los objetivos de las empresas.
Así, compartimos “New World. Be Brave” la primera de una serie de tres publicaciones en la que distintos profesionales del área de Global Mobility Services de KPMG comentan desde su experiencia algunos de los desafíos a los que se enfrentan los equipos de movilidad junto con propuestas innovadoras para afrontarlos.