La Unión Europea se ha convertido en la primera región del mundo en contar con un marco jurídico transversal y uniforme para el desarrollo confiable de la inteligencia artificial (IA). Es el conocido Reglamento europeo de Inteligencia Artificial (RIA), cuyo gran objetivo es, a partir de un enfoque basado en riesgos, proteger los derechos fundamentales de las personas, entre otros riesgos, ante la llegada de una tecnología que impacta fuertemente en la sociedad y la economía.
Tras su publicación en el Diario Oficial de la Unión Europea (DOUE), el Reglamento será obligatorio y directamente aplicable para los Estados miembros y entrará en vigor el 1 de agosto de 2024. Es por ello que las empresas se encuentran ante un reto mayúsculo ante el que surgen grandes interrogantes: ¿Que preguntas deben hacerse las organizaciones? ¿Qué obligaciones tienen en función del riesgo de cada sistema? ¿A qué sanciones se exponen por incumplirlas?