Cuestiones como la seguridad y salud en el trabajo o la conciliación de la vida personal y profesional forman parte del espectro sostenible de la función de Recursos Humanos (RRHH) desde el origen de la responsabilidad corporativa.
En los últimos años la intersección entre ambos mundos ha aumentado con una visión moderna de los derechos humanos y el incremento de la sensibilidad social sobre aspectos como la igualdad, la diversidad o el upskilling.
La pandemia de coronavirus situó a la función de Recursos Humanos en una posición aún más destacada, elevando la importancia de cuestiones como la flexibilidad, la desconexión digital o el bienestar emocional.
La incorporación de estas prácticas sostenibles en la función de Recursos Humanos, y viceversa, trae aparejadas otras responsabilidades que las compañías deberán atender:
- El incremento de la regulación en materias como la brecha salarial, los planes de igualdad, el teletrabajo, la remuneración de la alta dirección, etc., entre otras, obliga a una adaptación ágil de la función.
- La respuesta a las expectativas de inversores y grupos de interés hace necesario demostrar la diligencia debida a través de políticas específicas, procedimientos detallados, mediciones apropiadas, rendición de cuentas, etc.