El entorno empresarial debe afrontar en este ejercicio una mayor inestabilidad geopolítica y regulatoria global, no exenta de riesgos macroeconómicos y oportunidades en nuevos mercados. Esta nueva complejidad global, junto con sus riesgos asociados y otros como el vinculado a la ciberseguridad, intensifican la necesidad de que los Consejos y la Comisión de Auditoría y Control realicen una supervisión con un enfoque integral y poliédrico para poder dedicar tiempo a cuestiones relevantes que inciden en la estrategia y el negocio a corto y largo plazo.
En este sentido, las comisiones de auditoría deben considerar que la información financiera y la vinculada al clima y la sostenibilidad, el cumplimiento de las obligaciones, el riesgo y el entorno de control interno van a ser objeto de un mayor escrutinio por parte de los grupos de interés. También, el desempeño y la creciente implantación y uso en la empresa de la inteligencia artificial (IA), entre otras cuestiones, examinarán las competencias y el programa de la comisión de auditoría.
Basándonos en las conclusiones de nuestras encuestas e interacciones con comisiones de auditoría y ejecutivos de empresas, destacamos una serie de aspectos clave que estos órganos deben tener en cuenta a la hora de considerar y definir sus agendas para 2025.