La creciente complejidad de las compañías de servicios financieros, sus interconexiones y la exposición a eventos externos las han vuelto cada vez más vulnerables a las interrupciones operativas y nuevos riesgos emergentes.
Además, el sector se encuentra inmerso en un proceso integral de transformación digital, lo que está provocando un aumento en su complejidad operativa, así como en su exposición a nuevos tipos de riesgos y, por lo tanto, en las vulnerabilidades a las que se enfrenta.
Así, las entidades financieras se ven obligadas a evolucionar continuamente en sus marcos de gestión de Riesgos No Financieros (NFR) con el fin de cubrir y gestionar adecuadamente todos estos nuevos riesgos, logrando una gestión integrada de los mismos.
En este contexto, en KPMG hemos desarrollado un benchmark que permite entender cómo algunas instituciones financieras se están enfrentando a estos desafíos emergentes.
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