Recientemente hemos tenido acceso a mensajes de Larry Fink, presidente y CEO de BlackRock respaldando firmemente la evolución hacia una economía sostenible. Desde un punto de vista de negocio, ¿cuál consideráis que será el impacto en el negocio de gestión de activos de la implantación de políticas ESG? Y desde un punto de vista de implantación práctica, ¿qué retos operacionales estáis observando en lo que se refiere al proceso de selección de inversiones, monitorización, nuevos sistemas,…?
La industria de gestión de activos se adentra en 2020 tras haber dejado atrás un año muy positivo para el conjunto de las compañías de nuestro sector. En los meses que tenemos por delante, el devenir del sector estará determinado por un esperado repunte en el crecimiento global en un entorno en el que los mercados se verán guiados por los fundamentales. También vemos que el riesgo de la guerra comercial es menor y que hay menos margen para que los bancos centrales sorprendan con una mayor flexibilización monetaria o para que se lleven a cabo estímulos fiscales.
En este escenario, va a cobrar especial relevancia la capacidad de las firmas de gestión de activos para ocupar posiciones de liderazgo con recursos que van más allá de la gestión tradicional. Tenemos que ser capaces de combinar habilidades de gestión activa y gestión indexada, de saber aprovechar las oportunidades de las inversiones alternativas en un entorno de tipos como el actual, de integrar la sostenibilidad en el centro del negocio, de entender la tecnología como parte esencial de nuestra actividad para gestionar el riesgo de las carteras y de ofrecer soluciones de inversión, sin limitar la oferta al producto, para ayudar a nuestros clientes a alcanzar sus objetivos de inversión.