A principios del año 2021 regresaba de realizar un programa de movilidad Erasmus en Portugal y me encontraba en busca de realizar las prácticas curriculares de mi doble grado universitario. Siendo mi primera experiencia profesional en lo que concierne a mi ámbito de estudio me sentía con muchas ganas e ilusión de poder poner en práctica todo lo aprendido en la universidad, y por otro lado, con motivación para aprender y desarrollarme profesionalmente en una empresa.
Afortunadamente, en febrero me contactaron desde KPMG ofreciéndome la oportunidad de realizar el proceso de selección para el Programa Rocket. En ese comunicado me explicaban las bases del Programa: un contrato de prácticas de hasta 6 meses de duración, en mi caso, en el departamento de Digital Forensics & Incident Response, abreviado en siglas, DFIR.
Fue un proceso de selección bastante diferente a lo que había vivido anteriormente, por causa de la pandemia, fue todo online. Para daros una idea y sin ánimos de revelar secretos os cuento un poco:
Primero de todo pasé una entrevista telefónica con el encargado de recursos humanos que me reclutó y, posteriormente, me envió unos datos y un enlace para que me descargase una aplicación en el ordenador y poder realizar unas pruebas lógico-matemáticas online. Cabe destacar que fueron unos juegos muy dinámicos de memoria, rapidez mental e inteligencia, que me parecieron bastante entretenidos, y a la vez desafiantes ya que requerían de la máxima concentración.
A continuación, fui invitado a una dinámica de grupo, de nuevo online. En la dinámica nos juntaron a unas 6-8 personas que, sin conocernos, formábamos parte del mismo equipo de trabajo teniendo que realizar una propuesta para solucionar un problema socioeconómico real. Sin duda ésta fue la prueba que más me gustó porque pude demostrar mis habilidades y enfrentarme, junto al resto del equipo, al reto de dar una respuesta a un proyecto innovador.
Por último, después de terminar la dinámica de grupo, realicé una entrevista con dos personas del departamento DFIR, donde me expusieron en qué consistía su día a día, qué hacían y cómo se trabajaba dentro del equipo, además de las necesidades particulares del rol ofertado.
Todo lo que me comentaron me llamó mucho la atención y me suscitó bastante interés, ya que vulgarmente explicado, es como si fuésemos del departamento forense del CSI Miami, pero trasladado al mundo tecnológico. Para ponernos en contexto, las evidencias con las que trabajamos son dispositivos electrónicos que nuestros clientes nos piden analizar con el objetivo de llevar a cabo investigaciones cibercriminales y de fraude entre otras, y posteriormente en algunos casos, realizar informes periciales que ratifiquen los resultados encontrados en todo el procedimiento
Desde el principio, siendo la primera vez que entablaba conversación con ellos, me transmitieron muy buena vibración y confianza. Por otra parte, los valores que me expusieron del departamento y de la firma coincidían completamente con los míos.
Al estar contando mi historia desde dentro, es obvio que recibí y acepté la oferta, uniéndome a KPMG en abril 2021.