La responsabilidad social no es un concepto nuevo para los negocios familiares; sin embargo, ciertos aspectos relacionados con la sustentabilidad, el riesgo climático, la pobreza y la incertidumbre están adquiriendo mayor importancia en todo el mundo.
Actualmente, los líderes han comenzado a poner atención en metas que se relacionan directamente con “las personas, el planeta y las ganancias”, ya que estas generan valor para el medio ambiente, constituyen fuentes de trabajo, contribuyen a la prosperidad de la comunidad y entregan ganancias a largo plazo, tanto a la familia como al negocio.
Enfocarse en el desempeño financiero ya no es suficiente
Operar de forma responsable también implica atender el desempeño ambiental y social de la compañía.
Alcanzar la agilidad estratégica
La pandemia y los conflictos geopolíticos acontecidos en Europa del Este refuerzan la necesidad de adquirir competencias de agilidad y rápida respuesta, las cuales deben tomarse en cuenta al momento de desarrollar estrategias de responsabilidad social en las empresas familiares, además de que ponen de manifiesto la necesidad de conectividad con su Family Office y sus cimientos.
Medir lo que importa
Enfocarse casi exclusivamente en el desempeño financiero ya no es suficiente, dado el exacerbado interés público y la atención al impacto que cada compañía está teniendo en el ambiente, la sociedad y su propia fuerza de trabajo. Los inversionistas e instituciones financieras también están evaluando los niveles de riesgos ambientales, sociales y de gobierno corporativo (ASG) de las organizaciones como una medición general del desempeño del negocio.
Un nuevo factor imperativo comercial con crecimiento
Es cada vez más común que los negocios familiares asuman el equivalente a un ejercicio de tomar el pulso en aspectos ASG (ESG Pulse), reporte que consiste en un proceso de evaluación comparativa y acreditación que les ayuda a ganar más licitaciones de proyectos, demostrando que sus operaciones de liderazgo y progreso en aspectos ASG. Esto va mucho más allá del cumplimiento o la presentación de reportes de temas regulatorios y se está convirtiendo en un imperativo comercial para el crecimiento.
De hacer el bien a crear valor
Para algunos, la responsabilidad social se trataba de algo que nos “hace sentir bien”, sin mucho enfoque o planeación real; no obstante, prestar atención a este tema trae consigo muchos cambios positivos, especialmente a raíz del creciente compromiso de las nuevas generaciones. Esta es una oportunidad para que las familias sean muy resueltas y estratégicas en sus acciones.
Juntos es mejor: rentabilidad responsable
La “responsabilidad social corporativa” de antaño ha sido reemplazada por una forma de pensar mucho más estratégica. Por ello, las empresas familiares, cuyas metas y valores se encuentran integrados en el negocio, hoy tienen una oportunidad para realizar aportaciones importantes a la comunidad de líderes mundiales, quienes están trazando nuevas rutas para hacer lo que es beneficioso para su negocio y para el mundo.
Tener la oportunidad de compartir múltiples perspectivas y lineamientos con los líderes de negocios familiares a nivel global que están buscando nuevas formas de impulsar las agendas sociales y ambientales de sus empresas es, sin duda, un hito de suma relevancia.
No existe un enfoque único para todos; y nos complace poder compartir tres visiones muy distintas pero con un impacto igual de significativo ante la responsabilidad social, los cuales abarcan desde el enfoque innovador orientado al objetivo hasta los líderes consumados del sector industrial.
Todo apunta a una nueva dirección estratégica
Son muchos los negocios familiares que, apoyados en los principios ASG, están empezando a desarrollar proyectos y estrategias desde una posición de fortaleza que les permite elevar aún más sus compromisos en materia social y ambiental. Estas empresas reconocen que operar de manera socialmente responsable genera valor para el medio ambiente, constituye fuentes de trabajo, contribuye a la prosperidad de la comunidad y aporta valor a largo plazo tanto a la familia como al negocio.
En este sentido, están adoptando una nueva forma de pensar en términos de responsabilidad social, que se esfuerza por profundizar en lo realmente importante para sus clientes, empleados y demás grupos de interés cruciales, así como por tener en cuenta la forma en que sus acciones pudieran, a su vez, tener un impacto en sus propias organizaciones.
Independientemente de que sean propiedad pública o privada, empresas de todo tipo ya no tienen elección en términos de sostenibilidad con respecto a sus prácticas operativas, y los equipos de liderazgo ejecutivo en toda industria y sector están dirigiendo su atención hacia metas ambientales y sociales, utilizando marcos de valor estratégico, tales como las Cuatro “P”: personas, planeta, prosperidad y principios.
El marco estratégico de las cuatro “P”
- Reducir el consumo de energía y buscar la transición hacia energía renovables
- Aumentar el uso circular de los recursos y eliminar la generación de desechos
- Disminuir el impacto ecológico y en la biodiversidad en cuanto al uso de la tierra y los desechos; los desperdicios, y la contaminación
- Medir los beneficios sociales y económicos esperados más allá del desempeño del negocio, para aportar valor a la sociedad
- Desarrollar enfoques innovadores para abordar conflictos sociales
- Velar por la prosperidad de las comunidades en donde opera el negocio
- Construir una fuerza de trabajo con las competencias necesarias para cubrir las necesidades del futuro
- Crear un entorno diverso, incluyente y equitativo
- Promover un entorno laboral seguro y saludable para empleados y proveedores
- Identificar y mitigar el impacto de riesgos materiales
- Vincular la remuneración e iniciativas con el progreso ASG
- Identificar un objetivo claro para crear valor a largo plazo, regido por la representación diversa y equitativa
Las empresas familiares están conectando los puntos entre las cuatro “P” para observar el panorama de manera general y elegir dónde enfocar los recursos de la familia y la compañía.
Este es un programa de gran alcance que no puede ser ignorado. Se requiere contar con una mentalidad estratégica más amplia y con un proceso de toma de decisiones que haya evolucionado desde los comités de donaciones corporativas de antaño hasta el nivel de liderazgo de la organización, poniendo la responsabilidad de obtener resultados ambientales y sociales en manos de los comités ejecutivos y consejos de administración de las compañías.
Más allá del cumplimiento
Medir el impacto y el éxito es posible desde varias rutas, dependiendo de las prioridades y estrategias de cada empresa, algunas de las cuales son tangibles, visibles para el público y están impulsadas por una misión y sentido de propósito sólidos.
En nuestra experiencia, los negocios familiares que piensan estratégicamente sobre la forma en que operan están cada vez más inclinados a revelar el valor social que están creando (mientras que anteriormente podrían haber reservado esta información para sí mismas), debido a los posibles beneficios, tales como condiciones de financiamiento más favorables en relación con la sustentabilidad ambiental.
Esto va más allá de los reportes de cumplimiento y regulatorios y se está volviendo cada vez más un factor comercial imperativo para el crecimiento. De hecho, existen algunos indicios de que, dentro de los próximos 12 meses, los acreditantes e inversionistas podrían tomar sus decisiones en materia de financiamiento con base en los resultados ASG.
¿Hacer las cosas bien o generar valor?
Es importante pensar sobre el acceso a los datos y la forma en que se protegen, y utilizarlos para prever el crecimiento estratégico. Para lograrlo, es esencial desarrollar estrategias integrales de datos que permitan alcanzar el éxito.
Comprensiblemente, muchas empresas familiares se encuentran en etapas iniciales de desarrollo de su estrategia de responsabilidad social, así como explorando las diversas tecnologías disponibles para rastrear y medir el impacto de lo que resulta importante.
Las compañías que cuenten con una visión estratégica limitada en cuanto a la sustentabilidad podrían estar en riesgo de sufrir disrupciones por no estar suficientemente preparadas para una sociedad en la que se espera que la medición del impacto social sea tan importante como los resultados financieros, y que pueda contribuir de igual manera al valor financiero.
De cara al futuro, nuestra opinión es que el enfoque frente a la responsabilidad social debe ser deliberado y, además, debe prestarse a la rendición de cuentas, medición, revisión y mejora.
El primer paso para varios negocios familiares es superar un obstáculo de naturaleza psicológica. Dado que históricamente hablando han sido brillantes en términos de bienestar social, asegurándose de que continúan viviendo los valores de sus predecesores, también necesitan reconocer la urgencia de los aspectos ambientales.
Este artículo forma parte de una serie de KPMG Private Enterprise, en los que se explora la forma en que las empresas familiares están adoptando nuevas formas de pensar e impulsando innovaciones que preparan el camino para futuras oportunidades para sus negocios y sus familias con base en el contexto actual. Asimismo, en los artículos se ofrecen ejemplos prácticos de cómo estos negocios están manteniendo una mente abierta y convirtiendo las tendencias emergentes en motores que impulsen el crecimiento y éxito futuros.
El primer artículo, Sosteniendo una cultura de transformación continua en los negocios familiares, se enfoca en el amplio tema de la transformación empresarial y ofrece algunas ideas de los líderes de las empresas familiares con respecto a su enfoque frente a la transformación empresarial y cómo sostienen su objetivo, valores y éxito a largo plazo.