En el entorno empresarial actual, caracterizado por la transformación tecnológica, la complejidad regulatoria y la alta exigencia de los mercados, es crucial que la Dirección de Finanzas asuma una posición estratégica dentro de la organización, fortaleciendo su relación con el Consejo de Administración y el Comité de Auditoría, en virtud de ser un área que les supervise.
Además, debe contar con capacidades de comunicación sofisticadas que le permitan lidiar con entornos normativos complejos, al tiempo que aborda las inquietudes de las y los inversionistas y aprovecha las tecnologías emergentes e impulsa la innovación.