El estudio anual Perspectivas de la Alta Dirección en México 2022. Resiliencia ante la incertidumbre de KPMG en México permite observar la visión de las y los líderes de empresas, y también nos da la posibilidad de revisar las tendencias que los consejos de administración y los comités de auditoría consideran más relevantes.

Ambiente de negocios

Quienes forman parte del Consejo de Administración muestran una perspectiva consistente con lo expresado por miembros de la Alta Dirección respecto a un cierto sentido de optimismo, uno que promueve un mensaje de resiliencia en las organizaciones.

En este sentido, 54% considera que 2022 mostrará una economía en recuperación, mientras que 52% reconoce que, a pesar de dicho optimismo, continuaremos experimentando restricciones a la movilidad. Esto indica que las empresas deberán seguir aprendiendo a coexistir con eventos disruptivos, incluyendo aquellos relacionados con la pandemia.

Por otro lado, pese a los retos que México afronta, 81% señala que las ventas de su sector aumentarán. Uno de esos desafíos es, sin duda, contar con instituciones sólidas y reguladores autónomos (74%), seguido de asegurar la confianza de los inversionistas para apuntalar el crecimiento económico (66%).

Lo anterior pareciera hacer referencia a que el crecimiento en ventas y de la economía en general está más relacionado con un rebote natural en forma de V, lo que suele suceder después de una contracción importante, y no tanto derivado del sentir de que las condiciones sean óptimas para generar confianza.

Por lo tanto, en cuanto a retomar los planes de inversión previos a COVID-19, se percibe mesura: 56% de los consejeros y consejeras indica que no se ha definido el momento en el que será posible volver a dichos planes; 40% en la Alta Dirección.

Como podemos observar, la volatilidad global y nacional contienen, hasta cierto punto, las predicciones positivas.

Estrategia empresarial

En este aspecto, los consejos y comités ven una mayor apertura para que en 2022 se regrese a esquemas de trabajo presenciales, ya que 59% considera que la mayoría de los colaboradores estarán operando desde las instalaciones de la entidad. No obstante, 62% espera que se dé una transición hacia modelos híbridos.

En este sentido, no cabe duda de que la forma de interactuar y colaborar en las organizaciones ha cambiado radicalmente. Por ello, no es de sorprender que la muestra de consejeras y consejeros exprese que las empresas deben adaptar la cultura organizacional a la disrupción constante (84%), lo que está siendo percibido más como una oportunidad que como una amenaza.

Asimismo, los ajustes constantes a la estrategia empresarial serán cada vez más necesarios y comunes, incluyendo la modificación de la infraestructura (67%), es decir, del espacio, mobiliario y las tecnologías que posibilitan el desempeño laboral.

En términos de expansión operativa, se repite una posición de mesura, pues 44% expresa que no tiene planes para expandir ni reducir su presencia geográfica; el resto sí tiene planes para una expansión geográfica, ya sea nacional o internacional. Las intenciones de estos últimos consideran una posible expansión nacional hacia la Ciudad de México, Jalisco, Nuevo León y Querétaro.

Así pues, la resiliencia sigue constituyéndose como un tema fundamental para las compañías, adaptándose a entornos cambiantes.

Al respecto, 58% de los integrantes de comités y consejos consideran que la principal estrategia de negocio para lograr la continuidad de sus operaciones estará encaminada a centrarse en la experiencia del cliente (CX, por sus siglas en inglés); la segunda mención reconoce la importancia de la transformación digital de procesos mediante nuevas soluciones tecnológicas (48%).

En el contexto actual, la CX y la transformación digital están muy relacionadas y representan lo que los últimos años nos han dejado como enseñanza: la cuarta revolución industrial se ha acelerado y el Consejo debe profundizar su involucramiento en la estrategia y visión a futuro, así como en la identificación de nuevos riesgos de seguridad.

Innovación y transformación

Tanto el Consejo de Administración como el Comité de Auditoría han decidido considerar a la transformación digital y la innovación como prioridades fundamentales. De hecho, 34% confirma que la innovación en su empresa ha sido estructurada y cuenta con procesos definidos y formalizados para desarrollarla, aunque 27% considera que su estrategia de innovación se encuentra en una etapa inicial y es mayormente reactiva ante la disrupción del mercado.

Asimismo, 71% reconoce que el apoyo del Consejo de Administración y la Alta Dirección es crucial para lograr una transformación digital exitosa, aunado al 49% que menciona la importancia de contar con el capital humano que tenga las capacidades y el entrenamiento necesarios para realizarla. Adicionalmente, 43% confirma la importancia de contar con una cultura empresarial de mejora continua enfocada en la prueba y el error.[1] Estas perspectivas se alinean con las opiniones expresadas por la Alta Dirección en la misma encuesta de este año.

Por otra parte, consejeras y consejeros revelan que se enfocarán en los siguientes segmentos de innovación:

  1. Transformacional (36%): focalizará recursos en la creación de negocios para atender nuevos mercados y clientes; la Alta Dirección ubica este segmento en segundo lugar
  2. Incremental (27%): concentrará la inversión en el desarrollo de mejoras al portafolio de productos o servicios existentes; la Alta Dirección coloca este segmento en la primera posición
  3. Adyacente (23%): invertirá para expandirse a nuevos segmentos de clientes, mejorando el portafolio actual

 

Finalmente, 57% afirma que su estrategia de innovación tiene como objetivo incrementar las ventas y la productividad, seguido de asegurar la permanencia del negocio (56%) y mejorar la experiencia del cliente (55%).

[1] La suma de las variables no es igual a 100% debido a que era posible seleccionar más de una opción.

Gestión de riesgos y cumplimiento regulatorio

En definitiva, dos de los focos de atención para el Consejo de Administración y el Comité de Auditoría en 2022 son la gestión de riesgos y el cumplimiento regulatorio. A saber, 49% señala haber reforzado su gestión de riesgo empresarial mediante el involucramiento de la Alta Dirección, lo que pretende mitigar las siguientes cinco amenazas críticas que podrían impactar en la estrategia del negocio:

 

  • Atracción y retención del talento: 54%
  • Ciberataques: 53%
  • Planeación inadecuada en la sucesión de puestos clave: 38%
  • Falta de innovación en la oferta de productos o servicios: 38%
  • Incumplimiento regulatorio: 37%

 

Al respecto, la muestra confirma que ya se están gestionando dichas amenazas, señalando que, en caso de materializarse, su impacto se vería reflejado a corto (46%) o mediano plazo (35%). Ante este escenario, se plantean también tres principales objetivos en cuanto al cumplimiento regulatorio:

 

  • Proteger la reputación de la empresa: 71%
  • Brindar certidumbre a grupos de interés o stakeholders: 64%
  • Evitar multas y sanciones gubernamentales que puedan tener un impacto cuantitativo o cualitativo: 57%

 

En cuanto a los riesgos relacionados con temas ambientales, sociales y de gobierno corporativo (ASG), cinco de cada diez integrantes del Consejo y el Comité de Auditoría consideran que estos aspectos son cada vez más relevantes.

Algunas estrategias para mitigarlos incluyen, entre otras, la adopción de nuevas formas de trabajo que coadyuven a la reducción de la huella de carbono, políticas de inclusión, equidad y diversidad, así como la gestión de riesgos que impactan en el cambio climático, aplicables a determinadas industrias y sectores. Poner atención a estos aspectos e incluir la participación de consejeras y consejeros será vital para marcar la diferencia.

En conclusión, en el contexto que ha producido COVID-19, donde todavía existen grandes desafíos y tareas pendientes, el Comité de Auditoría y el Consejo de Administración tienen un papel preponderante, por lo que abordar los temas anteriores en sus respectivas agendas será clave para alcanzar las metas propuestas por la Alta Dirección a corto, mediano y largo plazo.

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