Los modelos de negocio, la forma de operar, la oferta de bienes y servicios, las preferencias de consumo, los modelos de trabajo, el cuidado de los colaboradores, entre otros temas, han sufrido cambios relevantes para ajustarse a la nueva realidad.
Esto origina y detona actividades relevantes al interior de las organizaciones para asegurar que cuentan con los mecanismos necesarios para gestionar adecuadamente los riesgos actuales y emergentes que se han exacerbado a raíz de la pandemia, así como por la capacidad de respuesta de otras compañías.
Ante este escenario, contar con un gobierno corporativo robusto y fortalecido representa una ventaja competitiva. El papel del Comité de Auditoría como brazo de apoyo del Consejo de Administración ha marcado la diferencia en la gestión y seguimiento de temas relevantes. A continuación, analizamos de forma ejecutiva tres factores clave en los que la gestión del Comité de Auditoría puede agregar valor a la organización.
1. Control Interno
La función de Control Interno juega un papel sustancial en el gobierno corporativo de las entidades, pues permite gestionar apropiadamente los diferentes riesgos en cada proceso clave del negocio. Adicionalmente, tener un Control Interno robusto da tranquilidad a la Administración y a los órganos de gobierno de la entidad, pues otorga la estructura necesaria para gestionar la salvaguarda de los activos, mitigar el riesgo de fraude, lograr eficiencia y eficacia en las operaciones diarias de la compañía, generar información de calidad con la oportunidad requerida para la toma de decisiones, así como promover la rendición de cuentas, entre otros beneficios.
En este sentido, de acuerdo con la Encuesta del Comité de Auditoría. Construir y fortalecer un órgano de gobierno eficiente de KPMG en México, 77% de los comités en el país consideran que su marco de control interno es maduro; sin embargo, 58% afirma que se encuentra parcialmente o nada satisfecho con respecto a la existencia de una cultura de riesgo y control interno en todos los niveles de la organización.
Esto denota un área de oportunidad importante, pues el incumplimiento de políticas y procedimientos se da en los eslabones más débiles; por ello, reforzar lo anterior se considera una acción imperativa que debe ser vigilada de forma cercana por el Comité de Auditoría.
2. Auditoría Interna
La función de Auditoría Interna funge como la tercera línea de defensa de las organizaciones y se le considera como un aliado en la generación de valor para alcanzar los objetivos definidos por el Consejo de Administración, e impulsar la estrategia implementada por la Alta Dirección, así como un asesor de negocios que funciona como soporte fundamental para el propio Consejo; sin embargo, a la fecha, aún hay organizaciones que consideran a dicha área únicamente como un ente de vigilancia y cumplimiento.
Al respecto, tres de cada diez comités se encuentran parcialmente o nada satisfechos con la calidad, experiencia y valor que aporta la función de Auditoría Interna. Sin duda, un área de oportunidad que requiere seguimiento puntual por parte del Comité de Auditoría al ser el órgano de gobierno responsable de evaluarla.
Adicionalmente, es importante considerar la mejor práctica que aplican las entidades líderes en el mundo, al evaluar su función de Auditoría Interna de forma periódica mediante un asesor externo (por ejemplo, mínimo cada cinco años) para identificar áreas de oportunidad y entrar a un proceso dinámico de mejora continua.
3. Gestión de riesgo empresarial
La adecuada gestión de riesgos se ha vuelto crítica para cualquier organización en México y en el mundo, lo cual se exacerba debido a COVID-19. Por otro lado, el actual entorno, impulsado por la innovación en los diferentes sectores e industrias, aunado a los riesgos políticos y económicos que están retando las estrategias definidas por el Consejo de Administración e implementadas por la Alta Dirección, originan que el Comité de Auditoría haga un alto y se pregunte si se tienen identificados los riesgos internos y externos que pudieran poner en entredicho la estrategia de la compañía y afectarla cuantitativa y cualitativamente de forma grave.
Al respecto, el ejercicio de gestión de riesgo empresarial (enterprise risk management) es uno de los primeros pasos para contar con un programa que atienda las amenazas potenciales para la compañía de forma integral; sin embargo, 61% de las organizaciones apenas se encuentran trabajando en un programa para gestionar y afrontar riesgos empresariales y emergentes, de acuerdo con el estudio de Riesgos en México 2021, Navegando a través de la incertidumbre, de KPMG en México.
El Comité de Auditoría tiene retos relevantes a ser atendidos de forma coordinada con la Alta Dirección y el auditor interno para alcanzar y maximizar los beneficios que ofrece tener un gobierno corporativo sólido y robusto, así como una adecuada cultura de riesgo y control. Ambos elementos son cruciales en la operación diaria de las entidades; carecer de una organización robusta en ambos conceptos representa una amenaza para los objetivos, que debe ser atendida de forma puntual y expedita.
Nota: las ideas y opiniones expresadas en este escrito son del autor y no necesariamente representan las ideas y opiniones de KPMG en México.
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La información aquí contenida es de naturaleza general y no tiene el propósito de abordar las circunstancias de ningún individuo o entidad en particular. Aunque procuramos proveer información correcta y oportuna, no puede haber garantía de que dicha información sea correcta en la fecha en que se reciba o que continuará siendo correcta en el futuro. Nadie debe tomar medidas con base en dicha información sin la debida asesoría profesional después de un estudio detallado de la situación en particular.
Jesús Luna
Socio Líder de Private Enterprise
KPMG en México
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