El COVID-19 se convirtió rápidamente en un amenaza global para las organizaciones.

Entender qué es, qué precauciones considerar y cómo preparar a su organización para ser resiliente, será crucial para proteger a sus colaboradores y mantener las operaciones.

Esto implica entender qué tan preparada está su organización en términos de continuidad de negocio y gestión de crisis, aspectos específicamente relacionados al personal, proveedores, cadena de suministro, infraestructura, TI, seguridad de la información y ciberseguridad.

La tercera línea de defensa tiene un rol fundamental y su respuesta es esencial para abordar los desafíos ante la crisis del COVID-19.

Esta nueva posición se caracteriza por transformase en uno más dentro de la organización y ayudarla en su capacidad de recuperación, principalmente a través de la resiliencia y de un asesoramiento continuo para la alta dirección; conocimiento del negocio para un entendimiento detallado de los riesgos emergentes y sus actividades de mitigación (ágiles, oportunas y en tiempo real); conjunto de habilidades altamente relevantes (transversales e integrales a toda la organización) y con las herramientas necesarias para realizar un trabajo personalizado y de calidad.

A medida que las organizaciones se adapten y se recuperen ante el impacto inicial del COVID-19, las áreas de auditoría interna tienen un papel clave para seguir entregando seguridad en relación al control interno de cada organización, acorde a los planes de auditoría definidos.