Tres tendencias globales para transformar las cadenas de suministro

Por: Aldo Piedras, Socio de Asesoría en Servicios Corporativos y Operaciones, y Daniel González, Director de Asesoría en Servicios Corporativos y Operaciones de KPMG México

En un mundo globalizado, las cadenas de suministro experimentan transformaciones sin precedentes, por lo que la adaptación y resiliencia son cruciales para que las organizaciones se mantengan competitivas en un contexto marcado por la incertidumbre, volatilidad y exigencias cambiantes del mercado.

Estas fortalezas, aunadas a la implementación de tecnologías emergentes, la redefinición de las funciones del talento y los esfuerzos para reducir impactos ambientales y sociales, se convierten en elementos clave para garantizar el éxito en la búsqueda continua de eficacia operativa.

En este sentido, a continuación se analizan tres de las principales tendencias globales que promueven la eficiencia en las cadenas de suministro:

Las tecnologías avanzadas, como la inteligencia artificial generativa (IAGen) y la automatización, se posicionan como pilares fundamentales para optimizar las cadenas de suministro. En específico, se busca que los sistemas implementados permitan la visibilidad de los procesos en tiempo real, mejorando la toma de decisiones y minimizando los tiempos de respuesta.

Por ejemplo, dentro de las fábricas y almacenes, la comunicación entre máquinas y dispositivos es cada vez más común; sin embargo, lo importante es saber cómo emplear los datos generados en la toma de decisiones, así como contar con la capacidad para procesarlos.

Por lo tanto, a medida que la revolución digital continúa, las empresas deben aprehender y desarrollar las diferentes herramientas tecnológicas, considerando la visión y requerimientos del negocio para lograr un enfoque claro y consistente.

Conforme aumenta la conciencia ambiental y social en el mundo, las compañías se replantean las prácticas de sus cadenas de suministro. Aquellas que se consideran sostenibles y éticas responden a requerimientos del mercado, los cuales, a su vez, se vuelven indispensables para consolidar una imagen corporativa positiva.

A saber, los principales esfuerzos y regulaciones a nivel global están alineados con objetivos de descarbonización, abastecimiento responsable, economía circular y derechos humanos, entre otros. En este aspecto, la tecnología se convierte en una herramienta sumamente útil para medir y reportar los avances.

Adicionalmente, existe evidencia de que la responsabilidad social se transforma rápidamente en un activo estratégico para las organizaciones, pues contribuye significativamente a fortalecer la lealtad de sus clientes y consumidores.

Con el avance de tecnologías digitales, como el internet de las cosas (IoT, por sus siglas en inglés), la red 5G, los modelos cognitivos y la automatización, el establecimiento de planes y lineamientos que delimiten la interacción entre el mundo digital y el talento se vuelve vital.

Para conseguirlo, es necesario redefinir las funciones de cada colaborador y colaboradora, encaminándolos a una toma de decisiones y gestión de excepciones más estratégica. Asimismo, se requiere construir un ecosistema integral, digital y humano mediante capacitaciones y entrenamientos adecuados, el cual permita asegurar el máximo aprovechamiento de los potenciales beneficios económicos y de las eficiencias generadas.

En conclusión, las compañías deben emprender acciones que incentiven la constante evolución de las cadenas de suministro. Para ello, el apoyo de un especialista que entienda claramente sus necesidades y se consolide como un aliado estratégico será útil, posibilitando el éxito y el crecimiento sostenible y escalable de la empresa.

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