Por: Roberto Mendoza, Socio Líder de Tax Transformation de KPMG México
En el contexto actual, el entorno fiscal está experimentando cambios significativos, y los líderes de la función Fiscal enfrentan una creciente presión para generar valor tangible en sus organizaciones. Ante este panorama, en México y América Latina se observa una paradoja: mientras la complejidad tributaria aumenta, las empresas muestran resistencia ante la adopción de tecnologías que podrían optimizar sus operaciones.
A pesar de que los sistemas de facturación digital han estado operativos por más de una década y las reformas tributarias han facilitado avances tecnológicos en la fiscalización, los departamentos fiscales y sus líderes no han evolucionado al mismo ritmo. Muchos aún dependen de hojas de cálculo, lo que implica un trabajo manual considerable y una alta susceptibilidad a errores. Esta situación no solo representa un riesgo para el área fiscal, sino para la organización en su conjunto, ya que la brecha entre las estrategias de fiscalización de las autoridades y los métodos tradicionales de trabajo se amplía, aumentando la probabilidad de incumplimiento.
Por lo tanto, la transformación de la función Fiscal es imperativa para mantener los sistemas de control de cumplimiento vigentes y hacer más eficiente la carga de trabajo, además de contemplar que debe integrar tres elementos clave:
- Tecnología: La adopción de herramientas de gestión de recursos empresariales (ERP por sus siglas en inglés) es esencial para estandarizar los datos maestros y gestionar la información contable de manera eficiente. Además, la inteligencia artificial (IA), la inteligencia artificial generativa (IAGen) y los grandes modelos de lenguaje (LLM) ofrecen un potencial significativo para automatizar tareas manuales y realizar análisis rápidos sobre nuevas legislaciones. Aunque la inversión en estas tecnologías puede ser progresiva es fundamental que las organizaciones reconozcan su importancia y destinen recursos a la función Fiscal
- Procesos: Su estandarización desempeña un papel crucial en la optimización de los departamentos de impuestos. Con el incremento de la información contable y fiscalizaciones más exhaustivas, el manejo efectivo de la información se convierte en una ventaja competitiva. Los procesos fiscales deben integrarse de manera unificada y automatizada, y alinearse con los procesos generales de la entidad, siempre enfocados en el cumplimiento normativo
- Personas: Transformar la función Fiscal también requiere una redefinición de roles, funciones y habilidades. Los líderes deben fomentar el desarrollo de competencias como el análisis de datos, pensamiento creativo, conocimiento fiscal global y capacidad de interpretación. El equipo debe estar preparado para anticiparse a los riesgos y cambios constantes en el panorama tributario, tanto a nivel local como global
En conclusión, la transformación de la función Fiscal es más crucial que nunca, especialmente para las empresas de la región. La tecnología debe centrarse en optimizar la carga de trabajo y centralizar procesos clave, mientras que el equipo debe adquirir habilidades que aporten valor al negocio. La implementación tecnológica debe ser planificada y alineada con los objetivos de la empresa, ya que su supervivencia podría depender de ello. Por lo tanto, es esencial actuar con prontitud y determinación, pues el tiempo apremia y las oportunidades de mejora no deben ser postergadas.