Si bien el potencial de la IA se está materializando en algunos lugares, muchos países y territorios con acceso limitado a infraestructuras de alto consumo energético, capacidad de computación avanzada, datos de alta calidad y competencias podrían correr el riesgo de no beneficiarse de los potenciales beneficios económicos y sociales que augura esta era.
En 2024, la Alianza para la Gestión de la Inteligencia Artificial, que forma parte del Centro para la Cuarta Revolución Industrial (C4IR, por sus siglas en inglés) del WEF, presentó la Iniciativa para la Competitividad de la Inteligencia Artificial a través de la Colaboración Regional, a fin de promover un enfoque holístico para crear economías y sociedades más responsables y equitativas.
En la Reunión Anual 2025, se presentó Blueprint for Intelligent Economies, elaborado en asociación con KPMG International, el cual ofrece un esbozo preliminar de las capacidades que necesitarán los diferentes actores sociales para lograr una revolución exitosa de la IA.
Asimismo, el reporte proporciona un marco para la toma de decisiones estratégicas, así como una terminología y objetivos comunes que pueden utilizarse para dar forma a la acción colectiva, sin importar el nivel de madurez digital y de adopción de IA en los países y regiones.