¿Cómo generar valor en tiempos de incertidumbre?

Por: Guillermo Goñi, Socio de Asesoría en Fusiones y Adquisiciones (M&A) de KPMG México. 

El escenario económico global se ha visto afectado por la incertidumbre geopolítica y el fin de las políticas cuantitativas expansivas, a fin de lograr contener la inflación. Esto ha provocado un cambio de ciclo empresarial, obligando a las compañías que antes tenían un amplio margen para el endeudamiento a buscar otro modelo de crecimiento más orgánico, teniendo como base los aspectos fundamentales de la operativa del negocio.

México cuenta con una estabilidad macroeconómica prolongada, ejemplar en nuestra región; sin embargo, la actividad económica sigue presentando desafíos estructurales en materia de seguridad, desarrollo de infraestructura, informalidad, entre otros, que inhiben las posibilidades de crecimiento de muchas organizaciones.

Estos factores fueron ampliamente discutidos en el estudio KPMG CEO Outlook 2023,¹ así como las acciones  para identificar y crear oportunidades de valor, que sin duda serán el diferenciador en este entorno desafiante:

_{1. KPMG 2023 CEO Outlook, KPMG International, 2023.}

Toda iniciativa de creación de valor parte de la definición de la estrategia de crecimiento que marcará el futuro de la organización. Los ejecutivos deben reflexionar qué grado de transformación aspiran alcanzar para su negocio; en función de si son más proclives a la optimización aislada de un área de negocio o si se inclinan por un ejercicio transformacional integral, deben delinear un plan marco que sea estratégico, es decir, uno que contemple los objetivos e hitos críticos, cuya materialización tenga como resultado el crecimiento económico de la entidad.

En el estudio, las personas participantes señalaron que no esperaban recibir, por lo menos en los siguientes ejercicios, un retorno tangible de las inversiones realizadas en políticas ASG. A pesar de ello, existe la expectativa de que el impacto inicial en el desarrollo de estas competencias se dé a través de la mejora en las relaciones con clientes y proveedores, así como en la reputación de la marca empresarial. Cuando las compañías reconozcan que los factores ASG deben ser una parte integral del negocio y de la estrategia corporativa, podrán encaminarse los esfuerzos a crear valor en el conjunto de los grupos de interés. 

Resulta unánime la visión de que la irrupción de la inteligencia artificial generativa (IAG) supondrá un cambio sistémico en la manera que operarán las organizaciones. Por ejemplo, se está detectando una ralentización[1] en las inversiones en automatización y digitalización de los procesos productivos, debido a la cautela ante el impacto y eficiencia que la inteligencia artificial (IA) pueda provocar a corto y mediano plazo. Las organizaciones deberán estudiar cómo esta herramienta impulsará su actividad, evitando incurrir al mismo tiempo en cualquier riesgo imprevisto o que pudiera surgir a partir de su uso.

La tendencia recesiva en las estadísticas de inversión extranjera directa (IED), que se venían perfilando desde 2010, se aceleró con la pandemia y los conflictos geopolíticos. Esto tuvo un impacto importante en el rediseño de las cadenas de suministro, en la cual es incorporar nuevas herramientas tecnológicas, así como su adaptación bajo los nuevos preceptos ambientales, regulados por cada vez más instituciones.

No será posible que las organizaciones mantengan un crecimiento sostenido si el personal no acepta adherirse a los cambios planteados desde diversos frentes. La parte ejecutiva de la compañía debe ser el agente de cambio principal, encargada de comunicar la convicción en la adopción de los cambios estratégicos y en la promoción de una cultura de reinvención continua que permee en todos los niveles.    

Los temas descritos pueden ser la ruta para avanzar en un plan estratégico marco, para que las empresas se perfilen en un camino de crecimiento y sobre todo de generación de valor perdurable, beneficiosa para accionistas, talento y las diversas partes interesadas.

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