Por: Guillermo Goñi, Socio de Deal Advisory & Strategy, y Raimundo Rodríguez, Gerente de Deal Advisory & Strategy de KPMG México

La celebración del mundial en 2026 representa una oportunidad económica excepcional para nuestro país. Este evento no solo atraerá a millones de aficionados al futbol y visitantes, sino que también contribuirá a impulsar diversos sectores, tales como los de infraestructura, tecnología, turismo y consumo.

Después de las experiencias de ediciones recientes en Catar y Rusia, para México se presenta la oportunidad de capitalizar el impacto económico que supone un evento de tal magnitud, siendo los recintos deportivos uno de los mayores pilares para promover la generación de ingresos.

¿Qué impacto tendrá el mundial en la economía de nuestro país y cómo pueden estos espacios deportivos contribuir a este legado positivo? En este artículo, exploramos la importancia económica y estructural del próximo mundial.

El impacto económico en anteriores ediciones

Los mundiales de futbol cuentan con un claro historial de generación de significativos impactos económicos. En 2018, en Rusia, por ejemplo, el evento generó ingresos de aproximadamente USD 5,400 millones,1 mientras que en Catar la cifra aumentó a USD 7,600 millones,2 impulsando el crecimiento de sectores como el de infraestructura y turismo. Esto pone en evidencia el hecho de que un mundial puede ser motor del desarrollo económico y mejorar la marca-país de la sede anfitriona.

La oportunidad económica para México

Se prevé que el mundial en nuestro país pueda generar una derrama económica cercana a los USD 3,000 millones,3 impulsada por la visita de más de cinco millones de personas. Este flujo beneficiaría, entre otros, a sectores como los de hotelería, restauración y demás vertientes turísticas, estimulando una expansión significativa de la demanda de servicios.

Además, se espera que la llegada de visitantes se acentúe gracias a la proximidad, tanto geográfica como horaria, con Estados Unidos (EE.UU.) y Canadá, y que, así como sucedió en las ediciones de 1970 y 1986, una multitud de fanáticos de otras latitudes ansíen emular las experiencias ya icónicas del pasado.

De la misma manera, otros sectores, orientados hacia el desarrollo de tecnología y soluciones inteligentes, se volverán imprescindibles a la hora de gestionar el evento, según los estándares exigidos por el organismo encargado de regular este deporte, lo que ampliará las oportunidades para firmas especializadas en sistemas de transporte, análisis de datos y seguridad. En el ámbito del consumo, se incrementará la demanda de productos locales y mercancías deportivas, creando un terreno fértil para establecer alianzas en industrias como las de consumo y retail.

Obras en los estadios mexicanos

Modernizar los estadios deportivos es esencial para garantizar la calidad y rentabilidad del evento deportivo, tal como se exige para un gran acontecimiento de impacto global. En el Azteca, por ejemplo, se están llevando a cabo importantes obras de remodelación que, entre otras mejoras, incluyen la ampliación de su capacidad, renovación de áreas deportivas y de prensa, implementación de tecnología avanzada y mejora de infraestructura para comodidad de las y los aficionados.

Por otro lado, en Monterrey, la sede en México de más reciente construcción, único recinto con certificación LEED, se encuentra sometida a trabajos de adecuación para cumplir con los requisitos del mundial, y en Guadalajara, el estadio está siendo renovado con nuevas instalaciones de iluminación LED, sistemas de sonido y conectividad para asegurar la máxima comodidad de los visitantes.

Estas inversiones no solo mejorarán la experiencia del aficionado, sino que tratarán de reposicionar lo que antaño era únicamente un estadio como un centro de entretenimiento multifuncional, de manera que ahora puedan albergar una mayor variedad de actividades durante todo el año.

No olvidemos que, en la ya inminente edición, México compartirá la función de anfitrión con EE.UU. y Canadá, dentro de lo que podríamos ver como un evento en la órbita del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC). Sedes como Dallas, Houston o Los Ángeles presentarán recintos de última generación que ya en la actualidad albergan numerosos espectáculos deportivos y de entretenimiento de talla mundial.

Por lo tanto, esta será una ocasión magnífica para que nuestro país visibilice, ante una audiencia potencial superior a los 5,000 millones de espectadores,4 su hegemonía mundial como potencia turística, deportiva y cultural, a la par que sus socios comerciales de América del Norte.

Impulso económico y de infraestructura a largo plazo

El mundial de 2026 ofrece una oportunidad económica única para nuestro país, potenciada por la modernización de espacios deportivos que asegurarán tanto la calidad del evento como un legado que perdure en el tiempo.

En este sentido, las inversiones estratégicas en infraestructura (deportiva y civil) no solo satisfarán la demanda del certamen, sino que también convertirán a México en un destino atractivo para futuros eventos y visitantes, contribuyendo así al desarrollo económico urbano. Con una adecuada planificación y ejecución, este acontecimiento puede contribuir al crecimiento y prosperidad del país.

1 Impacts of the 2018 & 2022 FIFA World Cups: a scoping view of the current literature. Advances in Social Behavior Research, Vol. 16, Issue 1, Haoju He, Marco & Yu Xuanru, 2025.

2 2022 FIFA World Cup: Economic Impact on Qatar and Regional Spillovers. Working Paper, IMF, 2022.

3 Mexico World Cup 2026 Opportunities. International Trade Administration, U.S. Department of Commerce, 2024.

4 The Most Watched Sporting Events in The World. Roadtrips, 2023.

Nota: las ideas y opiniones expresadas en este escrito son de quienes firman el artículo y no necesariamente representan las ideas y opiniones de KPMG en México.

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