Por: Omar Chang, Socio Líder de comercio internacional y aduanas de KPMG  México 

En los últimos meses, el tema del que todas las personas hablan es del nearshoring, es decir, del traslado de parte del proceso productivo que realizan las empresas a otro país con el objetivo de ubicarse más cerca de su consumidor final.

México es uno de los territorios más atractivos para inversionistas extranjeros de diversas industrias que buscan reubicar su cadena de producción. Esto gracias a su privilegiada ubicación cerca de Estados Unidos, uno de los mercados más grandes del mundo; su mano de obra calificada; los 14 tratados de libre comercio suscritos con 50 países, entre ellos el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), así como los 30 Acuerdos para la Promoción y Protección Recíproca de las Inversiones (Appri) con 31 países o regiones administrativas. Asimismo, nuestro país cuenta con nueve acuerdos, como el Acuerdo de Alcance Parcial (AAP), el de Asociación Público-Privada (APP) y el Acuerdo de Complementación Económica (APP.CE), que fueron firmados en el marco de la Asociación Latinoamericana de Integración (Aladi).

Por otro lado, es importante destacar la serie de beneficios aduaneros y fiscales con los que cuenta el país, los cuales se otorgan por diversos mecanismos que permiten reducir impuestos de importación para introducir al territorio maquinaria, equipo y materias primas que se emplean para producir los bienes que se exportan o destinan al mercado doméstico.

En cuanto a los beneficios fiscales, uno de los más relevantes es otorgar un crédito de 16% a los inversionistas, a través de la Ley del Impuesto al Valor Agregado (LIVA), por la importación de los bienes referidos, siempre y cuando sean exportados.

Finalmente, es pertinente realizar un análisis del esquema fiscal más conveniente para operar en México para efectos de la Ley del Impuesto Sobre la Renta (LISR), con el objetivo de optimizar la carga tributaria de los inversionistas, acotando que, para gozar de los beneficios citados, así como asegurar la continuidad de sus operaciones, se requiere del cumplimiento aduanero y fiscal de primer nivel.

Nota: las ideas y opiniones expresadas en este escrito son de quienes firman el artículo y no necesariamente representan las ideas y opiniones de KPMG en México.

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