Por: Jorge Caballero, Socio Líder de Impuestos y Legal para KPMG México y Centroamérica
Durante los primeros días del mes de diciembre tuvimos el honor de ser los anfitriones del 2022 KPMG Latin America Tax & Legal Summit*, celebrado en la Ciudad de México. Esta cumbre internacional reúne a especialistas en materia fiscal de compañías locales y multinacionales, con operaciones en América del Norte y en distintas regiones de América Latina.
En el evento se analizaron los cuatro principales disruptores de la función Fiscal y la manera en que los departamentos de Impuestos los están gestionando desde distintos ángulos.
El primero de ellos es la tecnología y el uso de datos. La función Fiscal es un generador nato de datos, tanto fiscales como financieros; sin embargo, derivado de la pandemia, las organizaciones han tenido que acelerar la adopción de diversas tecnologías que les permitan gestionar de manera correcta el riesgo fiscal.
Otro disruptor relevante son las reformas fiscales y los cambios regulatorios que las diferentes autoridades fiscales emiten año con año. Lo anterior no solo se limita al caso de México, sino que incluye también a Estados Unidos y diferentes jurisdicciones de la región y el mundo. Los encargados de la función Fiscal requieren, pues, contar con información oportuna para poder mitigar cualquier riesgo que se derive de dichas reformas y cambios.
Por otro lado, como la mayoría de las funciones, el departamento de Impuestos también está siendo impactado por la alta rotación de talento, así como por la falta de este. Por lo tanto, la evolución que se presenta en estos departamentos busca adaptarse a la nueva realidad, una en la que se deberá buscar en todo momento que el talento cuente con un propósito que coadyuve al desarrollo de su carrera profesional.
Finalmente, pero no menos importante, se encuentran los nuevos modelos de negocio. Como resultado de eventos disruptivos, la función Fiscal ha buscado nuevas formas de operar, las cuales abarcan desde la centralización hasta la tercerización de algunos procesos para resolver temas como la falta de talento, eficientar costos y gastos de la empresa.
Así pues, no cabe duda de que la función Fiscal debe tener un lugar dentro de la mesa estratégica de los negocios, ya que, así como hay coincidencia en ciertos disruptores, se pueden buscar sinergias que respondan a las necesidades de los negocios actuales. Hoy la función Fiscal tiene datos que aporta valor a la toma de decisiones. Igualmente, ante la necesidad, es uno de los departamentos que han tenido que adoptar tecnologías para la gestión de riesgos.
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