Por: José Carlos Ortiz, Socio de Asesoría en Gobierno Corporativo, Riesgo y Cumplimiento 

En definitiva, uno de los retos más importantes que enfrenta toda empresa familiar es buscar y asegurar su crecimiento y sostenibilidad a largo plazo. Ante este desafío, este tipo de compañías han tenido que responder con dinamismo y desplegar acciones rápidas que satisfagan las necesidades de los clientes. La inevitable consecuencia es un crecimiento acelerado, el cual no es necesariamente compatible con las prácticas que tuvieran definidas para el control de sus operaciones.

Lo anterior genera la necesidad de establecer funciones y responsables que se encarguen de ordenar las actividades mediante la formalización de políticas, procedimientos y controles internos que mitiguen adecuadamente los riesgos que pudieran afectar la sostenibilidad y el crecimiento a futuro.

En este sentido, durante muchos años el concepto de control interno se entendió como una especie de freno para el crecimiento o como la burocratización de procesos; sin embargo, este ha evolucionado de manera positiva y se ha logrado adoptar como menester clave para las empresas, ya que contar con un control interno robusto permite mitigar de manera significativa los riesgos de fraude e incumplimiento de normas, incrementando la integridad de la información que se utiliza para la toma de decisiones.

A continuación, se presentan algunos ejemplos del valor que otorga el control interno en las empresas familiares:

  • Permite asegurar que la información que se le presenta a la familia propietaria o al Consejo está completa

  • Garantiza que la organización opera bajo lineamientos y controles adecuados en caso de una posible sucesión en puestos clave

  • Minimiza los riesgos de posibles fraudes o prácticas indebidas

  • Brinda certeza a dueños e integrantes del Consejo de que el crecimiento es sostenido y controlado

  • Posibilita auditar de manera externa o interna los procesos para asegurar el cumplimiento de lineamientos y controles establecidos
     

Adicionalmente, la nueva normalidad y el trabajo híbrido o remoto son factores que han evidenciado la necesidad de operar con procesos controlados y auditables, no es solo en grandes corporativos, sino también en empresas familiares, las cuales en los últimos dos años han recurrido a procesos de transformación que incluyen la adquisición de herramientas tecnológicas como la nube. En estos escenarios, es fundamental asegurar que se cuenta con controles internos robustos en materia tecnológica, ya sea para accesos a sistemas clave, segregación de funciones o controles generales sobre la infraestructura tecnológica de la organización, los cuales dan como resultado una correcta gestión y acceso a la información.

En resumen, cuando una empresa familiar cuenta con controles y procedimientos robustos se beneficia sustancialmente al incrementar la eficiencia de la compañía, operando con procesos diseñados y fundamentados, y generando mecanismos de monitoreo sobre la ejecución de los procesos y de alerta temprana en caso de desviaciones, lo que permite mitigar correctamente los riesgos que puedan amenazar la consecución de los objetivos o comprometer la sostenibilidad y el crecimiento a largo plazo. 

Nota: las ideas y opiniones expresadas en este escrito son de quienes firman el artículo y no necesariamente representan las ideas y opiniones de KPMG en México.

Prohibida la reproducción parcial o total sin la autorización expresa y por escrito de KPMG

###

La información aquí contenida es de naturaleza general y no tiene el propósito de abordar las circunstancias de ningún individuo o entidad en particular. Aunque procuramos proveer información correcta y oportuna, no puede haber garantía de que dicha información sea correcta en la fecha en que se reciba o que continuará siendo correcta en el futuro. Nadie debe tomar medidas con base en dicha información sin la debida asesoría profesional después de un estudio detallado de la situación en particular.

Contáctenos

Contenido relacionado