2020 sentó un nuevo paradigma respecto a la importancia de tener un marco sólido de gestión de riesgo empresarial. Más allá del cumplimiento regulatorio y los reportes, la administración de riesgos y el mapeo de controles deben apoyar la toma de decisiones de la Alta Dirección, para que sea rápida e informada y permita calibrar o replantear oportunamente la estrategia ante amenazas externas e internas, actuales o emergentes, que podrían comprometer los objetivos del negocio.

El futuro de la gestión de riesgos

En la nueva realidad, los colaboradores deben tener una mentalidad abierta al cambio, flexible, innovadora, capaz de retar al statu quo, es decir, una visión enfocada al crecimiento. Quizá debido a ello la Alta Dirección prevé que el riesgo con mayor posibilidad de ocurrir y ocasionar impactos relevantes, cualitativos y cuantitativos en la empresa es la atracción y retención del talento (49%).

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