La forma en que interactuamos a partir de COVID-19 ha ocasionado que la Alta Dirección busque soluciones para mantener la productividad de las empresas, con base en una mentalidad digital que reconfigure la fuerza laboral en términos de trabajo a distancia, restricción de viajes de negocio, automatización de servicios, entre otros rubros.
Equilibrar la salud y los espacios físicos
La rentabilidad y las inversiones en espacios, junto con las restricciones de aforo, convierten la presencia física de la plantilla en un reto para la Alta Dirección, que implica un equilibrio de la cartera de bienes raíces y las formas en que el espacio puede usarse para generar valor.
Aumentar la resiliencia financiera
A pesar de haber transcurrido nueve meses de estrés financiero, con una abrupta caída de la actividad económica y previsiones de un futuro incierto, solo 35% de la Alta Dirección afirma haber solicitado un financiamiento o reestructurado la deuda de la compañía.