La profesionalización, la trasparencia y la fiabilidad de la información resultan hoy claves en el mercado y la base para las relaciones con los diferentes actores que forman parte del ecosistema de una empresa en general y una empresa familiar en particular: clientes, proveedores o entidades financieras.
Las Empresas familiares están especialmente expuestas a estos retos, derivado de los procesos de transformación que vienen llevando a cabo y que está incidiendo en la profesionalización de sus estructuras y la separación de la gestión y la propiedad. Por eso, en este camino es clave la apuesta por el control interno como instrumento capaz de garantizar y hacer visibles estos procesos y a la vez es una fórmula que permite asegurar el compliance frente a una regulación cada vez más exigente y compleja en ámbitos tan diversos como el social, laboral medioambiental, financiero o penal y hacerlo de forma eficiente y acorde a su tamaño y los recursos internos que pueden dedicar a estas materias.
En KPMG conscientes de esto, disponemos de un equipo multidisciplinar de expertos en asuntos ambientales, sociales y de gobierno corporativo, con profundo conocimiento sectorial y del entorno empresarial orientado para las necesidades de la Empresa Familiar.
Somos expertos en incrementar la eficiencia de las revisiones, aplicando un enfoque de trabajo realmente orientado al riesgo que nos permite gestionar la complejidad de la información no financiera, el volumen de informantes y datos y las posibles limitaciones tecnológicas del proceso de reporte del cliente.
Reducimos el impacto en los recursos del cliente y optimizamos la obtención de pruebas para poder dedicar más recursos a los asuntos materiales y a obtener un conocimiento profundo del cliente y su entorno.