En el ámbito laboral tenemos la oportunidad de influir en las personas a nuestro alrededor. El liderazgo es una habilidad que se va desarrollando y puliendo con la experiencia, pero sobre todo con un trabajo de introspección ligado con nuestro propósito. Si bien la productividad es importante, también es imperativo que el bienestar y esencia de nuestro talento sumen a la construcción de un lugar de trabajo comprometido y de alto rendimiento. 

Para desarrollar un liderazgo incluyente se debe comenzar observando y tomando conciencia del impacto que causamos en las demás personas, permitiéndonos adaptar nuestra comunicación y mensaje con cada una de ellas. Teniendo esto en mente, es importante tener la práctica de cuestionar nuestros sesgos; es decir, Identificar si nuestras decisiones están siendo influidas por prejuicios o estereotipos.

En este sentido, debemos ser congruentes entre nuestro actuar y los valores que nos conforman, teniendo la habilidad de reconocer, honrar y dignificar la diversidad a las expectativas culturales y de comportamiento de otras personas. Mostremos valentía, empatía y humildad, ya que solo con estas herramientas podemos abogar por aquellas personas que están siendo excluidas, garantizando que las políticas de inclusión, diversidad y equidad de la firma sean puestas en práctica.

A continuación, se muestran algunas acciones puntuales que podemos comenzar a implementar en nuestros equipos de trabajo:

  1.  Eliminar barreras: a través del lenguaje incluyente que usemos en juntas y discursos, así como con nuestras acciones diarias, pues esto manda un mensaje de visibilidad hacia todas las personas.
  2.  Ser aliado o aliada: abanderar la diversidad y promover la inclusión.
  3.  Modelar la inclusión: trabajar en nuestra receptividad, autenticidad y calidez, fomentando con nuestras acciones ambientes de confianza que reconocen el valor de todas las personas.
  4.  Tomar acción: Iniciativas que se vuelvan hábitos de inclusión. Por ejemplo, sesiones regulares para escuchar la opinión y perspectivas de nuestro equipo o dar tiempo para conversar de temas no relacionados estrictamente con el trabajo.

Al ejercitar nuestro liderazgo incluyente nos podemos guiar de las siguientes preguntas para seguir fomentando espacios de trabajo que valoran la diversidad: ¿qué puedo hacer de manera diferente ahora?, ¿quiénes se beneficiarían de esta acción?, ¿cómo marcarán la diferencia mis nuevas acciones?

En nuestras manos tenemos la oportunidad de construir espacios genuinos de pertenencia que liberen el potencial de nuestro talento, te invitamos a valorar las experiencias únicas de tu equipo y así enriquecer Juntos espacios laborales más incluyentes. Hoy no existe acción pequeña, cada paso que tomamos puede hacer la diferencia.

#FutureIsInclusive

           

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