El sector de la gestión de activos se enfrenta a numerosos retos externos, como la demanda de financiación sostenible, la volatilidad de los mercados de capitales, la innovación tecnológica y las ciberamenazas. Las empresas también están sorteando nuevas normativas, una creciente divergencia regulatoria y un mayor escrutinio supervisor. Para tener éxito, las empresas deben adoptar modelos de negocio resistentes y dinámicos.
Los reguladores de todo el mundo se están centrando en temas comunes en un mundo que cambia rápidamente. Sin embargo, la falta de normas mundiales y los matices nacionales hacen que apliquen normas y orientaciones detalladas de distintas maneras. La creciente divergencia normativa está provocando complejidad y desafíos para los gestores de activos transfronterizos en cuanto a la forma de gestionar y comercializar sus productos.