Modernizando Pagos

El ecosistema regulatorio está en constante evolución, las expectativas de los clientes están cambiando y los competidores están innovando para ofrecer la mejor experiencia posible a sus clientes. Todos estos factores contribuyen a la urgencia de modernizar los sistemas de pago.

En el estudio Modernizando Pagos, elaborado por KPMG, se entrevistó a 1.500 instituciones financieras y empresas minoristas sobre la necesidad de modernización. Alrededor del 93% de las instituciones financieras dijeron que tienen programas de modernización de pagos o planes para crear un programa, mientras que el 87% de los minoristas dice lo mismo.

Las instituciones financieras y los minoristas se centran en innovar sin comprometer sus operaciones diarias, reconociendo los múltiples beneficios de modernizar los sistemas de pago y los desafíos que implica explorar la innovación de forma segura.

• El 93% de las instituciones financieras y el 87% de los minoristas están modernizando la infraestructura de su sistema de pago o planean modernizarlo en los próximos seis a ocho meses.
  
• Para ambos sectores, el mayor impulsor del cambio es satisfacer las expectativas de los clientes. Las instituciones financieras también están motivadas por las obligaciones legislativas y la necesidad de actualizar los sistemas heredados.
  
• Las instituciones financieras y los minoristas están destinando una cantidad significativa de recursos a la modernización.

• Ambos sectores coinciden en que la modernización de los sistemas de pago servirá para mejorar la experiencia del cliente, con transacciones más rápidas y reportando ahorros de costos en el largo plazo.
• Ambos sectores están preocupados por los costos y las posibles disrupciones causadas por la implementación de nuevas tecnologías de pago. El sector minorista también se preocupa de la formación de nuevos empleados.

Las instituciones financieras están modernizando sus programas de pago por diversas razones, desde requisitos regulatorios hasta problemas con los sistemas heredados. Para el sector minorista, las expectativas de los clientes y la presión competitiva son los mayores motivadores.

Ambos sectores están preocupados por el potencial disruptivo de los cambios, ya que la implementación de una nueva infraestructura de pagos podría causar interrupciones en las operaciones tanto de las instituciones financieras como del sector minorista.

Sin embargo, es necesario superar el desafío para que las empresas puedan cosechar los beneficios del cambio, que incluyen ahorros a largo plazo, procesamiento más rápido de transacciones, mejoras en la experiencia y la seguridad del cliente y ventajas competitivas.