La industria manufacturera, uno de los pilares del crecimiento económico y social en México, continúa su progreso, logrando mantenerse a pesar de la pandemia de COVID-19. A través de los años, ha demostrado gran resistencia a las diversas crisis del mercado y la economía de aquellos países a los que destina productos manufacturados localmente.
En cuanto a la inversión extranjera directa, a pesar de que se detuvo a causa de la pandemia, se espera que siga creciendo, y alcance, en el futuro cercano, los niveles de años recientes. Es fundamental recordar que, derivado de la contingencia, muchas empresas tuvieron que parar parcial o totalmente sus operaciones, lo cual detuvo temporalmente nuevos proyectos. Sin embargo, una vez que se reanudaron las actividades de manufactura continuó el flujo de la inversión extranjera en operaciones actuales y nuevas en el país.
Respecto al empleo directo, se van alcanzando los niveles que existían antes de COVID-19. La industria ha mostrado gran resistencia a la crisis sanitaria, pues no solo logró conservar una gran parte de los empleos, sino que ha seguido creciendo. Se espera que en el futuro cercano se logre alcanzar y superar el número de empleos directos que se tenían anteriormente.
Otro tema preocupante para la industria fue la situación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte o TLCAN, en especial las dudas sobre su aprobación y los términos en los que se daría. Afortunadamente, a mediados de 2020 se logró su renegociación y, si bien los términos y condiciones han cambiado, sobre todo en cuanto a reglas de contenido regional y compensaciones a la mano de obra empleada en los procesos productivos, se vio como buena noticia la continuación de este acuerdo comercial, en el que México seguirá siendo uno de los más beneficiados por estar mejor posicionado para atraer operaciones de manufactura y servicios de apoyo en el corto y mediano plazo.
Para 2021 la industria manufacturera en México mostrará crecimientos importantes en sectores relevantes como el automotriz, aeroespacial, así como en productos médicos y electrónicos, áreas en las que el país ha destacado por atraer operaciones de manufactura eficientes y competitivas.
Por otro lado, si bien el crecimiento más importante podría darse en inversiones procedentes del T-MEC (Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá), también se verán inversiones importantes de países de Asia y Europa que busquen instalarse en México para gozar de los diversos tratados comerciales en vigor; del valor competitivo de su mano de obra, y de la productividad que ha caracterizado a estas industrias.
En cuanto a innovación, las empresas están empezando a incursionar en diversas tecnologías emergentes o habilitadores que les permiten mantenerse a la vanguardia en cada uno de sus sectores. Destacan el análisis de datos, el uso de la nube, internet de las cosas, automatización robótica de procesos e inteligencia artificial.
El único aspecto negativo observado en la industria durante los últimos años es la falta de incentivos federales, estatales y municipales para atraer inversiones. Con frecuencia, no es suficiente contar con buena infraestructura instalada y personal disponible y capacitado; también es necesario contar con incentivos para que las operaciones sean más eficientes. Resulta imperativo que los gobiernos, en sus tres niveles, sean más competitivos en la atracción de nuevas inversiones, reconociendo que estas siempre traen aparejadas mejoras en las condiciones de vida, generación de empleo y de divisas, desarrollo social y económico, así como transferencia de conocimientos y tecnología.
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Mario Hernández
Socio Líder del segmento IMMEX
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