07/08/2020

 

Por: Rubén Luengas y Elizabeth González

 

La industria del turismo, altamente impactada por la pandemia de COVID-19, representó aproximadamente 9% del PIB en 2019 (en valores corrientes), según cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI). A partir de esta crisis sanitaria, la mayoría de las empresas de diversos sectores han implementado un comité de gestión de COVID-19, protocolos de regreso a las oficinas y procedimientos de prevención de contagio, para adaptarse a la nueva normalidad.

Mientras las fronteras internacionales permanezcan cerradas y las restricciones de viaje de otros países continúen, factores como la planeación de viajes después del confinamiento y el auge del turismo local pueden beneficiar la industria a corto plazo. Por otro lado, además de contar con opciones de traslados terrestres, las aerolíneas se esfuerzan por llenar sus vuelos mediante descuentos y flexibilidad en las fechas y cambios de viaje. En conjunto, esto podría significar una recuperación después de la disminución en el consumo turístico nacional, que generalmente constituye casi la totalidad de los ingresos de este rubro, y que en abril de 2020 disminuyó 93.7% en comparación con el mismo periodo de 2019 –mientras que la variación promedio solía estar cerca de 1.9% anual desde 2008, según lo mencionado por el INEGI.

A la vez que lo anterior juega a favor de la hotelería, surge también la necesidad de implementar políticas públicas de salud, atendiendo las directrices establecidas por la Organización Mundial del Turismo (OMT) y la Organización Mundial de la Salud (OMS), planteando una nueva era de resiliencia y de generación de oportunidades como consecuencia de la contingencia global.

A continuación, abordaremos tres factores que contribuirán a que el sector turístico repunte en su transición a la nueva normalidad:

1. Adopción tecnológica

La aplicación de soluciones digitales es esencial para lograr una transición hacia la nueva normalidad; por ejemplo, se pueden implementar para reducir el contacto durante todas las etapas de un viaje y para optimizar protocolos de bioseguridad. Por otro lado, como parte del plan de reapertura de negocios, algunos hoteles han adoptado nuevos procesos como el registro de llegada al exterior de las instalaciones, códigos QR en los restaurantes en vez de menús tradicionales, así como rutinas de ejercicio en la habitación por medio de aplicaciones digitales para evitar aglomeraciones en los gimnasios.

 

2. Transformación del modelo de negocios

Algunos participantes del sector han evaluado redirigir su negocio hacia la alternativa del co-living y multi-family. Gracias al creciente desarrollo de prop-tech, mediante plataformas de rentas vacacionales o de larga estancia, se apuesta por un nuevo giro que implica acciones como re-convertir espacios que anteriormente tenían un uso hotelero, a través de inversión en mobiliario y la transformación de habitaciones en apartamentos o estudios que compartirán áreas comunes a un precio menor al de un desarrollo habitacional.

 

3. Diversificación de servicios

La diversificación de servicios se plantea como uno de los posibles escenarios de éxito en la cadena de consumo del turismo. Los clientes podrían optar por propuestas que eviten las aglomeraciones y que, por lo tanto, presenten un menor riesgo de contagio. Por ejemplo, el ecoturismo propone grupos reducidos, entornos saludables y busca evitar la saturación de visitantes en beneficio del medio ambiente.

 

Recuperar el sector requerirá de planificación temprana y podría ser un proyecto de largo plazo en el país. En conjunto con la inversión diversificada, las medidas sanitarias y la reapertura parcial de hoteles y comercios, para México tomaría, al menos, dos años alcanzar niveles de ocupación hotelera cercanos a la época pre-Covid. Sin embargo, la industria ha mostrado el poder de reinventarse y adaptarse a nuevos mercados de consumo en los últimos años y el aprendizaje adquirido en crisis globales anteriores le ha mostrado a la sociedad que actuar pronto y decisivamente es fundamental.

Las tres vías planteadas no son excluyentes; las soluciones son diversas y es claro para los actores del sector, que la planeación, acciones y evaluación que se lleven a cabo ahora posibilitarán el desarrollo de un mercado más resiliente ante crisis mundiales en el futuro. Es prioritario adoptar, transformar y diversificar las estrategias y servicios como parte del proceso de restablecimiento del sector turístico. Esperar a que la incertidumbre termine para tomar decisiones no es prudente. Mientras la pandemia continúa su marcha será necesario que las organizaciones se planteen qué nuevas medidas implementarán.

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