Las organizaciones con presencia extendida en las zonas afectadas o con vínculos directos con ellas, deben tomar medidas inmediatas para evaluar su exposición. Estas acciones deben apoyar de manera adecuada a los grupos de interés, empleados y clientes.

Proteger a personas y clientes

  • Aprovechar la experiencia y conocimiento de la organización en recursos humanos para asegurar el bienestar físico y mental de los empleados, brindando orientación a los trabajadores que se encuentren en áreas afectadas y reevaluando sus políticas de viaje.
  • Implementar la mejor estrategia de responsabilidad social corporativa en función a la estabilidad de los empleados, el medio ambiente, la sociedad y la economía en su conjunto, buscando formas de respaldar las iniciativas de respuesta.
  • Desarrollar un plan de apoyo para el personal afectado. Este puede incluir medidas de contingencia para una mayor automatización, condiciones de teletrabajo u otros recursos como respuesta a las limitaciones de los empleados.
  • Aprovechar la tecnología disponible, tanto interna como externa, para apoyar la colaboración y equipar a los empleados con las herramientas necesarias para trabajar de manera remota, tanto con las áreas afectadas como con las personas en estas áreas.
  • Valorar como de riesgo alto a los clientes de países menos preparados, así como aquellos actores que sean críticos en los operativos de respuesta (por ejemplo, hospitales), priorizando así la escasa capacidad.
  • Ser prudente con la fijación de precios de productos esenciales como desinfectantes de manos y mascarillas durante el periodo de crisis.