Por: Angelica Rodriguez

Supervisora de Manufactura y Servicios

KPMG Colombia

En los últimos años, la tecnología ha avanzado rápidamente y la inteligencia artificial (IA) se ha convertido en una herramienta poderosa en muchos campos y la profesión del contador público no es la excepción, pues muchas de sus tareas tradicionales pueden ser optimizadas e incluso transformadas, trayendo importantes cambios que modifican la forma en que se realizan tareas contables, fiscales y financieras, y obligan a los profesionales a adaptarse para seguir siendo relevantes, para así enfocarse en el análisis de datos, oportunidades de mejora, soluciones y optimización de procesos, interpretar datos, anticipar riesgos y aportar valor estratégico a las organizaciones.

La inteligencia artificial IA permite automatizar procesos como el registro de transacciones, la elaboración de informes financieros y la detección de errores o fraudes. Esto hace que el trabajo sea más rápido y preciso, pero también reduce la necesidad de realizar tareas repetitivas. Por eso, el contador público debe enfocarse en desarrollar habilidades analíticas, éticas y estratégicas que le permitan interpretar la información y tomar decisiones acertadas. Además, el uso de algoritmos inteligentes puede ayudar a identificar patrones sospechosos en tiempo real, lo que convierte al contador en un aliado clave para prevenir irregularidades y fortalecer la transparencia empresarial, y es allí donde nos lleva a trabajar de la mano con las distintas áreas de las Compañías y ser más integrales y competitivos entre sí.

El uso de software contable avanzado y plataformas digitales exige que los contadores estén en constante capacitación y actualización, esto implica familiarizarse con herramientas como ERP y automatización de procesos, entre otros, en donde la ética profesional cobra mayor importancia, ya que el manejo de datos digitales implica responsabilidad, protección de la información y respeto por la privacidad de los clientes, siendo el contador un guardián de la confianza, capaz de equilibrar la eficiencia tecnológica con el juicio humano.

En resumen, la tecnología y la inteligencia artificial no eliminarán la figura del contador público, pero sí redefinirán profundamente su papel dentro de las organizaciones. Aquellos profesionales que se adapten y aprovechen estas herramientas podrán aportar un valor estratégico, mejorar la eficiencia operativa y fortalecer la transparencia empresarial. El futuro de la contaduría no consiste en competir con las máquinas, sino en colaborar con ellas para potenciar la ética, la precisión y el impacto social de una profesión que sigue siendo esencial.