Por: Luisa Fernanda Alvarado
Gerente Senior – Manufactura
KPMG Colombia
La prestación de servicios profesionales de auditoría se ha vuelto un entorno cada vez más competitivo dinámico y exigente, nos enfrentamos en el reto constante de evolucionar para responder con precisión, ética y transparencia a las necesidades de los clientes y de las instituciones financieras y regulatorias. Con este panorama, incluir estrategias que podamos aplicar en nuestro trabajo día a día, como la eficiencia operativa, la incorporación de herramientas tecnológicas y el compromiso ético y de independencia profesional, se vuelve indispensable para generar un mayor impacto y convertirnos en el punto diferencial y de crecimiento dentro y fuera de la Firma.
Eficiencia con propósito
En este contexto, lograr eficiencias puede tener múltiples interpretaciones y puntos de vista de parte de cada profesional; si bien, la definición más común puede ser “tener la capacidad de cumplir objetivos, administrando menos recursos en tiempos y costos”, no nos podemos alejar de que el auténtico fin debería ser, lograr una mejora sustancial en la calidad de la auditoría, en la satisfacción del cliente, en el desarrollo profesional, y en nuestra capacidad de respuesta ante la evolución del entorno regulatorio y financiero. Esto quiere decir, que en el afán de alcanzar eficiencias no podemos perder de vista que debemos mantener el compromiso con la calidad, el cumplimiento de los estándares, la ética y el juicio profesional, y que el reto es desarrollar formas de trabajo más inteligentes que garanticen cumplimiento, calidad, valor para el cliente, y el crecimiento en nuestro desarrollo profesional.
Ahora bien, la eficiencia en proyectos de auditoría no se logra simplemente completando listas de tareas asignadas, repitiendo en piloto automático las actividades de auditorías pasadas, o cumpliendo con los deadlines requeridos. Requiere un cambio de mentalidad de todos los profesionales que participan en el proyecto, que como equipo exista una alineación y coordinación desde la planificación de la auditoría hasta la entrega final de los informes, y que cada uno entienda el rol que va a desempeñar y la importancia de su trabajo en el ciclo del proyecto; en definitiva, es vivir una cultura de eficiencia para la mejora continua individual y en equipo, que incluye aplicar el aprendizaje, mantener la ética e integridad, tener una comunicación activa y efectiva, trabajar en equipo y mantener compromiso con calidad.
Algunas estrategias que en mi experiencia se pueden aplicar en el día a día, son:
- Analizar y entender los resultados de auditorías pasadas, ayuda a hacer las cosas bien desde el principio y a evita cometer los mismo errores y reprocesos.
- El mayor diferencial de los profesionales no siempre es el conocimiento técnico, sino la actitud con la que se enfrentan a los retos, la colaboración activa, el compromiso con los objetivos del equipo, y el estar presentes en el desarrollo de la auditoría para mantener la calidad del trabajo.
- Entender la estructura del equipo, reconocer el talento, incentivar la proactividad, mantener una comunicación sincera y clara dentro del equipo, y fomentar la autonomía, será más efectivo a la hora de asignar procesos y hacer seguimiento a las actividades.
- Que los lideres den ejemplo con pequeños hábitos diarios, genera ejemplo, compromiso y confianza, desde planear bien las reuniones, estar preparados y anticipar posibles hallazgos, mantener una estructura y seguimiento del trabajo, tener una comunicación abierta y respetuosa, y usar activamente las nuevas herramientas de la Firma.
- Que todos en el equipo de auditoría entiendan el avance y desarrollo del proyecto, las fechas de revisión y emisión de informes, las prioridades del proyecto, y los canales de comunicación con el cliente, garantiza que se ande en un engranaje hacía una misma meta y en un mismo ritmo.
- Mantener una cultura de trabajo en equipo, compartir el aprendizaje y transmitir conocimiento de los procesos y clientes, mantener acompañamiento entre los roles, hacer evaluaciones periódicas y feedbacks, e inculcar el beneficio del equipo a nivel profesional y personal, son acciones que nos ayudan a lograr el crecimiento continuo.
Conclusión
En conclusión, el ejercicio de la auditoría profesional exige hoy más que nunca una transformación consciente hacia la eficiencia con propósito de parte de todos los integrantes del equipo de auditoría, donde aspectos como la calidad, la ética y el compromiso son pilares fundamentales para alcanzar esos objetivos. En este entorno con un ambiente cada vez más competitivo y regulado, no basta sólo con cumplir un checklist de actividades, es necesario que cada profesional adopte una mentalidad de mejora continua, colaboración activa, liderazgo ejemplar y cultura de trabajo en equipo. Incorporar estrategias que promuevan la comunicación efectiva, el uso inteligente de herramientas tecnológicas y el desarrollo del talento dentro del equipo, permite no solo optimizar procesos, sino también generar un impacto significativo en los resultados de la auditoría y en el crecimiento profesional de cada integrante. Así, la eficiencia se convierte en un valor diferenciador que impulsa la excelencia y fortalece la reputación de la Firma.
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