La popularización en el mercado norteamericano de los medicamentos análogos al GLP-1, utilizados para tratar la obesidad, ha planteado un interrogante muy interesante: ¿qué sucederá cuando millones de personas ya no tengan la necesidad de comer por demás y, al contrario, elijan una dieta saludable?
Esta es una de las reflexiones del estudio de KPMG, Getting to Know GLP-1 Users, a New Type of Consumer. Las estimaciones de la consultora predicen que, en comparación al período anterior a que el GLP-1 se hiciera popular, el gasto en alimentos podría caer en 48 mil millones de dólares durante la próxima década, siendo ésta es una estimación conservadora.
Aunque los usuarios del medicamento consumen menos calorías, todavía representan un mercado de 190 mil millones de dólares. Pero sus hábitos de consumo han cambiado, y corresponde al sector alimenticio explorar este nuevo potencial.
La medicación suele prescribirse junto con cambios en el estilo de vida, como la incorporación de mejores hábitos alimenticios y ejercicio físico. Las empresas que sean capaces de aprovechar estos cambios tienen la oportunidad de transformar sus negocios.
En el estudio realizado por KPMG, se analiza el comportamiento de los usuarios de los análogos al GLP-1, sus nuevos hábitos y cómo la industria alimenticia puede repensar su cartera de negocios para continuar creciendo en paralelo a una revolución en materia de pérdida de peso y alimentación saludable.
Cómo los medicamentos afectan los hábitos en la bebida
Para cuantificar el impacto potencial del GLP-1 en el consumo de alimentos y bebidas y, lógicamente, el futuro de la industria alimenticia, se establecieron varios parámetros. Para empezar, los consumidores fueron divididos en dos grupos.
Mientras en el primer grupo quedaron los usuarios medicados, con cobertura o seguro médico debido a circunstancias como la obesidad; en el segundo se reunieron a los usuarios que eligen un mejor “estilo de vida”, y que pagan el medicamento a pesar de su alto costo.
A continuación, se estimó la variación en el consumo de bebidas y alimentos en el primer grupo (usuarios medicados), identificándose disminuciones del 31% en el gasto destinado a comestibles, y del 61% y 63% en el gasto de servicios de entrega y restaurantes respectivamente.
Asimismo, es necesario monitorear la evolución en el uso de estos medicamentos para establecer proyecciones sobre los cambios en los patrones de consumo. Incluso los cambios sutiles en la cobertura y el precio de los seguros pueden influir en el acceso a los medicamentos y afectar tales proyecciones.
Los usuarios de GLP-1 pueden gastar menos, lo mismo o incluso más que antes de comenzar a tomar la medicación. Lo que resulta importante es conocer los hábitos de este nuevo tipo de consumidor, para que su negocio no se vea impactado negativamente.
A medida que los consumidores comienzan a utilizar medicamentos similares al GLP-1 para perder peso y mejorar su salud, la industria alimenticia debe prestar atención a las demandas de este grupo con el objetivo de conservar el potencial de crecimiento del mercado.
Finalmente, es importante entender que no todos los usuarios de GLP-1 se comportan de la misma manera. Cuanto mejor y mayor sea la comprensión de los hábitos de las diferentes categorías de consumidores, mejor podrán aprovechar las empresas estos cambios en las tendencias alimenticias.
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