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Una cultura basada en datos diferenciará a los ganadores de los perdedores: qué deben hacer las empresas para mantenerse a la vanguardia.

En KPMG, reconocemos la importancia de impulsar una cultura corporativa basada en datos, particularmente para las empresas Fortune 500. Pero ¿por qué esto es tan importante?

Por un lado, permite a las organizaciones tomar decisiones informadas, mejorar la productividad y la experiencia de los clientes, y responder con confianza a los desafíos con base en los “hechos”. Al adoptar una mentalidad apoyada en los datos, las empresas pueden comprender la conexión entre éstos (los datos) y su desempeño. Como resultado, las organizaciones pueden aprovechar mejor sus datos, colaborar de manera más efectiva y predecir con mayor precisión los cambios en el mercado, lo cual conduce a un mejor retorno de la inversión.

En la era del GenAI, el cuidado puesto en la gestión del patrimonio de datos de una organización nunca ha sido más crítico. Si bien la sofisticación en la automatización continúa aumentando, la calidad de las recomendaciones de la IA todavía depende del principio omnipresente de “basura adentro- basura afuera”. Es decir, la calidad de los resultados está directamente correlacionada con la calidad de los datos que alimentan los algoritmos de IA o LLM (Large Language Model).

Si bien los beneficios son importantes, muchas organizaciones aún luchan por establecer este aspecto central en su cultura.  Según nuestra experiencia y la de nuestros clientes, existen varios predictores clave de éxito para quienes se comprometen a realizar esta transición cultural.

El papel del liderazgo es un punto focal esencial. IDC informó que el 90% de las estrategias corporativas identifican los datos como un activo empresarial crítico, destacando la necesidad de un fuerte apoyo del liderazgo para la implementación de un enfoque basado en datos. Los líderes deben articular la importancia de los datos con ejemplos del mundo real y estrategias exitosas basadas en datos. Además, deben comprometerse personalmente con la calidad de los datos, la mitigación de los sesgos y la búsqueda de información basada en datos.  Por último, deben comprometerse a invertir en la mejora de sus capacidades y de su organización.

Invertir en alfabetización y herramientas digitales. Invertir en alfabetización y herramientas digitales resulta crucial en la medida que las organizaciones impulsan una cultura basada en datos. Lo que antes se enfocaba únicamente en los datos, ahora abarca un conjunto de habilidades más amplio, incluido el conocimiento y uso de la nube, el análisis, la inteligencia artificial y la automatización. Este enfoque integrado perfecciona la propuesta de valor para las iniciativas de mejora de habilidades, centrándose no solo en la gobernanza y la calidad de los datos, sino también en la obtención de resultados y beneficios derivados de la automatización.

Para maximizar el impacto de los programas de alfabetización digital, las organizaciones deben alinear el contenido con los impulsores de valor empresarial, y abordar las necesidades específicas de los diferentes equipos. Esto puede lograrse adoptando un enfoque modular, que permita a los equipos personalizar su capacitación (basada en módulos de contenido comunes) y generar así experiencias de aprendizaje más relevantes y atractivas.  En nuestra organización, hemos observado el valor de añadir un componente de aprendizaje activo, en nuestro caso, mediante proyectos gratuitos sin fines de lucro y hackatones, donde los participantes aplican lo que aprenden de una manera práctica.

Un aspecto clave del plan de estudios de alfabetización digital moderno implica la integración de la ética a los datos. Los programas líderes enfatizan prácticas claras y viables, yendo más allá de discusiones abstractas sobre sesgos e impactos absurdos. Dichos programas subrayan la importancia de la procedencia de los datos (dónde se originan), delineando posibles sesgos poblacionales inherentes a las fuentes de datos y proporcionando metodologías para analizar y remediar sesgos.

Si bien establecer este tipo de programas requiere inversión, vemos correlaciones claras entre quienes invierten en este tipo de mejora de habilidades y el desempeño empresarial general.  Un análisis intersectorial reciente de KPMG destacó los beneficios tangibles de invertir en alfabetización digital, particularmente cuando se dirige a líderes fuera de la función tradicional de TI (Tecnología de la Información). De hecho, la mejora de las capacidades de los líderes que no pertenecen a TI produce un impacto en los ingresos netos aproximadamente cinco veces mayor que la aplicación de esa mejora a las capacidades de los líderes de TI. Aumentar la alfabetización en sólo un 1% dentro del grupo de liderazgo senior no relacionado con TI conduce a un aumento promedio del 1,6% en los ingresos netos. Este crecimiento se puede atribuir a la capacidad de los líderes para aplicar sus conocimientos recién adquiridos y utilizarlos en los avances tecnológicos y las ganancias de productividad, lo que resulta en mayores ganancias por empleado y una fuerza laboral más eficiente.

Además, descubrimos que los beneficios de invertir en alfabetización digital se extienden más allá de la adquisición de habilidades y conocimientos digitales. Al mejorar las habilidades de los empleados, las empresas demuestran un compromiso con el éxito de su fuerza laboral, fomentando un sentido de lealtad que mejora la retención de los empleados. Esto, a su vez, reduce los costos de rotación y preserva el valioso conocimiento institucional.

En última instancia, invertir en alfabetización digital y en herramientas que satisfagan las diversas necesidades de una organización basada en datos permite a los equipos aprovechar plenamente sus activos de datos e impulsar el éxito empresarial.  Al priorizar un enfoque integral, modular y práctico para la capacitación en alfabetización digital, las organizaciones pueden dar un paso importante para desbloquear el potencial de una cultura basada en datos.

Proporcione acceso fluido a los datos: la mejor capacitación y herramientas son de uso limitado si no hay transparencia sobre qué recursos y datos están disponibles, o si existe un medio de implementación rápida. A menudo, los referidos “marketplaces” permiten la búsqueda inteligente de datos y activos de análisis, la capacidad de evaluar si los datos son adecuados para un propósito, o su suministro y restricciones de uso. Una experiencia similar a una “compra”, permite la implementación y uso de estos activos mediante un simple “arrastrar y soltar”. La facilidad de acceso promueve la experimentación, que es un ingrediente clave para producir conocimientos de alta calidad.

Promover y monitorear la adopción: si bien la propuesta de valor es positiva, requiere un enfoque continuo para promover la disponibilidad y enfatizar los beneficios, incluida la aplicabilidad en un área determinada.

La medición oportuna de la adopción del aprendizaje debe incluir la inscripción y finalización de cursos y cualquier certificación o “insignia” por haber completado un conjunto de cursos relacionados. En KPMG, una de nuestras divisiones clave aplicó estos enfoques y generó más de 75.000 cursos completados en menos de un año. La tasa de finalización promedio fue de 5 cursos por profesional, en tanto que muchos completaron más de 10. Si bien esto le permitirá medir y gestionar el programa de mejora de habilidades, también es necesario realizar un seguimiento y monitorear los impactos comerciales. Por ejemplo, en KPMG hacemos un seguimiento activo de cuándo nuestros datos y activos analíticos se utilizan con los clientes para generar conocimientos.  Esto demuestra que nuestra gente pudo aplicar de forma rutinaria lo que aprendieron para generar mejores resultados comerciales para nuestros clientes.

Las culturas basadas en datos tienen beneficios tangibles para las empresas, como se ve en la lista cada vez mayor de organizaciones exitosas que emplean este enfoque. Por ejemplo, un restaurante de servicio rápido aplicó una estrategia basada en datos para optimizar la ubicación de sus tiendas, lo que resultó en un crecimiento acelerado y mejores ingresos. Mientras tanto, una importante cadena de pizzerías superó a gigantes como Google y Facebook en términos de la apreciación del valor de sus acciones desde 2010 a 2017 al centrarse en estrategias basadas en datos.

Al centrarse en estas áreas, las empresas pueden fomentar con éxito una cultura corporativa basada en datos, impactando los procesos de toma de decisiones, el compromiso de los empleados y el valor comercial. Creemos que, en un mundo dominado por empresas centradas en datos, adoptar una mentalidad basada en estos activos es fundamental para seguir siendo competitivo y garantizar el éxito a largo plazo.