Por: Jonathan Lavender, Leadership, Global Head of KPMG Private Enterprise and Head of Market
Los países y territorios de todo el mundo están adoptando importantes medidas para proteger la salud pública, en un esfuerzo por frenar la propagación del COVID-19 y calmar las preocupaciones del público. El apoyo financiero a los enfermos y desempleados es el enfoque principal de estas medidas.
Simultáneamente, ha sido necesario que muchos de los principales gobiernos introduzcan incentivos y programas de ayuda económica, que no sólo proporcionen un colchón financiero a los individuos afectados, sino que también hagan frente a la disrupción económica causada por el virus. Estos programas tienen como objetivo ayudar a aliviar la tensión de los negocios y reforzar las economías.
Los componentes del programa varían ampliamente, reflejando los aspectos comerciales clave y las necesidades más urgentes de cada país o territorio. A pesar de las variaciones, considero que estos programas comparten dos objetivos esenciales: protección y sostenibilidad. Estos ayudan a proteger la economía restaurando la confianza, estimulando la inversión y manteniendo a la gente empleada, con el objetivo final de lograr un negocio sostenible, la salud económica y el bienestar social.
Los incentivos financieros y los estímulos económicos son de gran alcance. Algunos, como los del Japón, incluyen préstamos sin interés y sin garantía para empresas que han experimentado pérdidas en ventas debido al COVID-19. En China, el Gobierno está estimulando a los bancos a ofrecer préstamos con un interés inferior al 1,6%, para aquellas empresas que produzcan, vendan o transporten productos médicos y artículos de primera necesidad. También se ha introducido en China una deducción de gastos del 100% para las inversiones en equipos que amplíen la capacidad de producción. Israel ha introducido un innovador programa de aproximadamente 13 millones de dólares para empresas de nueva creación y empresas ya consolidadas que cuenten con planes de investigación y desarrollo, pruebas de concepto, productos y soluciones tecnológicas que aborden el impacto de la pandemia COVID-19.
Entre los mecanismos adicionales de alivio financiero figuran las devoluciones del impuesto sobre la renta, el aplazamiento de los pagos gubernamentales y las reducciones de los tipos impositivos para ayudar a los propietarios a retener más efectivo en sus empresas. La Agencia Tributaria Irlandesa ha anunciado que no se pagarán intereses por los pagos atrasados de impuestos con el fin de ayudar al flujo de caja de las empresas.
En Israel, las pequeñas y medianas empresas que se enfrentan a problemas de liquidez debido a la situación actual tienen acceso a préstamos adicionales a través del Fondo para Pequeñas Empresas del Estado y de programas especiales creados por los bancos. Del mismo modo, Canadá anunció recientemente un paquete de 55.000 millones de dólares canadienses para ayudar a mantener la liquidez de las empresas mediante aplazamientos de la declaración de impuestos y una ampliación del crédito de 10.000 millones de dólares canadienses. (En el momento de la publicación, los detalles del programa de estímulo de los Estados Unidos estaban pendientes).
Varios países están ofreciendo incentivos para industrias específicas, como el turismo, el transporte marítimo, las aerolíneas y la industria manufacturera, que se han visto especialmente afectadas por los efectos del COVID-19. Las empresas del sector turístico de Singapur pueden acceder a créditos puente temporales, por ejemplo, para apoyar sus necesidades inmediatas de flujo de efectivo; se están difiriendo los impuestos sobre los servicios para los hoteles de Malasia.
Además de proporcionar apoyo financiero a las empresas, algunos países también están introduciendo programas gubernamentales innovadores para atender la urgente necesidad de adopción de modelos de trabajo creativos y mantener a las personas empleadas. Entre ellos figuran iniciativas como el apoyo a los ingresos de Australia para cerca de 120.000 aprendices y un plan de empleos específicos en Singapur que ayuda a las empresas a retener a los trabajadores locales.
En otras jurisdicciones se están introduciendo orientaciones sobre gestión empresarial, como los programas de mentores patrocinados por el gobierno y los talleres financieros en Australia, para ayudar a los propietarios de empresas a fortalecer sus aptitudes en gestión y planificación financiera.
Independientemente de los instrumentos y mecanismos que se empleen, es evidente que el gobierno y la industria se han unido en todo el mundo para combatir el impacto del COVID-19 en los emprendedores, las empresas familiares, las oficinas familiares y las empresas privadas.
En KPMG Private Enterprise entendemos las posibles consecuencias de la actual situación de salud global para las empresas privadas. Lo invito a seguir nuestra serie regular de publicaciones para mantenerse informado sobre cómo el COVID-19 puede afectar su estrategia y operación empresarial. Por favor, póngase en contacto con los asesores de KPMG Private Enterprise Colombia para que le orienten.
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