84% de los CEO suramericanos afirmó que la pandemia ha provocado que las empresas cambien el enfoque de sus acciones de gobernanza, poniendo mayor énfasis en el rol social de las empresas. ¿Cómo ve este enfoque?
Se trata de repensar el futuro con acciones sostenibles, que impacten positivamente a individuos, comunidades y planeta. Antes de la pandemia ya muchas empresas se habían sumado y comprometido con estos objetivos, hoy debemos pensar más allá de la sostenibilidad: ayudar a proteger, renovar y restaurar comunidades, medios de vida, el bienestar de los consumidores y revitalizar los ecosistemas naturales.
La única forma de lograrlo es teniendo marcas con propósito, que dirijan acciones en un corto, mediano y largo plazo. Para hacerlo realidad, debemos procurar un abastecimiento responsable, transformar empaques, conectar con valor con los distintos miembros de la cadena de distribución y establecer una comunicación transparente con los consumidores. A la par, es necesario un trabajo con instituciones públicas y privadas para generar una infraestructura y las gobernanzas necesarias para que el cambio en el que estamos trabajando sea sostenible. Los líderes de empresas y organizaciones debemos tener la convicción de profundizar y movilizarnos en los compromisos que hemos asumido en esta década de la acción.
67% de los CEO suramericanos afirmaron que sus cadenas de suministros estuvieron bajo presión en los últimos 18 meses. ¿Cuál es su valoración respecto al período de tensión que han atravesado recientemente las distintas cadenas y mercados?
La cadena de valor enfrentó retos considerables, impuestos por esta nueva realidad. Cada mercado tuvo desafíos muy particulares de movilidad, volúmenes, flujo de caja y tiempos de respuesta, entre otras condiciones. Sus retos no distaron mucho de los problemas que enfrentaron los consumidores, gobiernos, instituciones y empresas; la clave fue responder desde la propuesta de valor, fue increíble ver como planes de contingencia que no se habían desarrollado, se implementaron en tiempo récord por parte de todos los miembros de las cadenas de valor.
Las lecciones fueron muchas: ser flexible, siempre apegados al propósito de cada organización, permitió que las operaciones se mantuvieran, priorizando la salud de los trabajadores y encontrando nuevas maneras de hacer las cosas, rompiendo los esquemas existentes y estableciendo formas de trabajo que anteriormente eran inimaginables.
La aceleración de la transformación digital en las empresas durante este período fue uno de los grandes cambios que sigue vigente hoy en día; tecnologías que dan vida a una nueva dinámica empresarial y social, que continuará progresivamente influyendo en la manera como aportamos valor a los consumidores.
Por último, ante la distancia impuesta por la pandemia se rompieron paradigmas sobre el uso y disposición de plataformas tecnológicas de comercio electrónico en algunos países de Suramérica, en donde se desarrollaron tiendas y canales electrónicos en corto tiempo para atender las necesidades de los consumidores.