El hecho en una investigación forense debe ser descrito de una manera muy detallada y basado en evidencia probatoria que no de espacio a subjetividades ni suposiciones. Para ello los especialistas de fraude invierten el tiempo adecuado en recolectar la evidencia necesaria que describa de manera factual la intención del fraude.

Una evidencia sólida y bien argumentada demuestra un acto de fraude. Existen diferentes tipos de evidencia para demostrar un fraude, como por ejemplo firmas de documentos claves, correos electrónicos, comunicaciones en dispositivos móviles, entrevistas, entre otros.

Adicionalmente, laboratorios forenses, revisiones transaccionales de documentos y due diligence investigativos, ayudan en la identificación de situaciones irregulares relacionadas con documentos, personas y sistemas en la descripción de los esquemas de fraude.

Los esquemas de fraudes son cada vez más sofisticados, organizados y difíciles de prevenir. Sobre todo, si consideramos los datos del reporte del 2020 del ACFE (Asociación de examinadores de fraude certificados) en donde se menciona que un típico evento de fraude suele ser identificado en un periodo de 14 meses.

En KPMG podemos ayudar identificando los hechos y obteniendo las pruebas que permitan tomar decisiones oportunas. Tenemos todas la herramientas tecnológicas y profesionales capacitados para realizar estas tareas en trabajo conjunto con KPMG South America.