Las terceras partes (proveedores, clientes, entre otros terceros)  venían siendo evaluadas únicamente desde una perspectiva técnica, económica y operacional pero no desde un punto de vista reputacional. Por ejemplo, ¿Cómo las compañías saben si sus proveedores y clientes estratégicos presentan problemas éticos o su capital de trabajo es de procedencia sospechosa?

Los due diligence investigativos son necesarios para evidenciar que los proveedores y los clientes estratégicos son éticos y que cumplen de manera trasparente con las normas locales e internacionales. Marcos conceptuales de control interno, al igual que las normas locales exigen una gestión de los riesgos de cumplimiento frente a terceros, y con el paso del tiempo, ha adquirido gran relevancia. Si proveedores y/o clientes estratégicos de una empresa están vinculados en casos de corrupción o actividades ilícitas, la alta gerencia debe responder frente a estos eventos, identificar los riesgos asociados que comprometan la transparencia de negocios y establecer estrategias corporativas de manera inmediata frente a terceros.  

En este sentido, resulta altamente recomendable que las compañías establezcan procedimientos frente a la identificación delitos corporativos de terceras partes. En KPMG tenemos herramientas tecnológicas y profesionales capacitados para identificar riesgos de terceras partes, que permitan visualizar impactos reputacionales de manera asertiva y oportuna al ser aplicados, para garantizar decisiones de negocios adecuadas y en tiempos de crisis.