Predicción

Es 2040 y los requisitos ambientales, sociales y de gobernanza (ESG) se han vuelto increíblemente sofisticados, y las medidas globales estandarizadas ahora se generalizan en las empresas, el gobierno y la sociedad en general. El aumento de las personas digitales ha elevado la urgencia de las conversaciones sobre transparencia y privacidad. Hoy en día, los informes ESG transparentes son una expectativa de referencia a través de la economía basada en valores, y las calificaciones ESG ahora son la marca de agua global de cómo la sociedad evalúa el desempeño empresarial.

Las organizaciones y los individuos se han vuelto más conscientes del impacto de las tecnologías en los derechos humanos, y los líderes están evaluando estos impactos en las primeras etapas de la innovación tecnológica. Los modelos de autoinforme y auditoría de agencias han dado paso a los retos de confianza de medición continua de la digitalización del trabajo y las actividades sociales. Hoy en día, todas las organizaciones crean confianza con sus partes interesadas a través de la transparencia y la seguridad de los datos.

Por ejemplo, la profesión legal ha experimentado una agitación significativa a medida que los legisladores elaboraron nuevas leyes para gobernar los eventos cotidianos en entornos digitales que extienden nuestros derechos a la privacidad y la seguridad al mundo digital. Los cambios fundamentales en la forma en que las personas interactúan han impulsado la expansión del metaverso, y han surgido preguntas sobre cómo administrar y regular a las personas digitales. Los gobiernos y las industrias de todo el mundo han considerado la cuestión de la igualdad en el mundo híbrido y las implicaciones ambientales de la infraestructura necesaria para apoyar un metaverso en constante expansión. Los puntajes de seguimiento automático para el comportamiento digital son la norma en todas las plataformas, y los consumidores pueden incluso vender los derechos digitales a sus personas si lo desean.

El apetito por todo lo relacionado con ESG está muy extendido, facilitado por la evolución de la tecnología y la digitalización, y las empresas están luchando por superarse entre sí para cumplir y superar las expectativas de las partes interesadas. Inevitablemente, las obligaciones continuas de monitoreo e informes ESG se convirtieron en obligatorias hace algún tiempo tanto a nivel nacional como global. Las empresas se dieron cuenta rápidamente de que priorizar ESG era una métrica crítica de éxito, lo que llevaba a un mejor acceso al capital, una base de clientes cada vez más leal y una fuerza laboral dedicada atraída y retenida a través de prácticas mejoradas y cambios demostrables en la comprensión de lo que era importante.

Los incidentes de reputación de alto perfil que involucran a las principales organizaciones han llevado a las partes interesadas a reaccionar rápida y despiadadamente hacia las empresas que no han priorizado su agenda ESG. En muchos países, el pobre desempeño de ESG ha llevado a sanciones ampliamente publicitadas e impuestos más pesados, que han palidecido en comparación con el daño reputacional a largo plazo que experimentaron.

¿Por qué sucedió esto?

La primera parte del siglo 21 trajo un cambio sustancial en las sociedades de todo el mundo. Las redes sociales y el mayor acceso a la información sin filtrar destacaron la injusticia social y racial, generando poderosos movimientos internacionales como #MeToo y Black Lives Matter. Con el tiempo, estos movimientos han obligado a las organizaciones a asumir una mayor responsabilidad por sus acciones.

Los crecientes impactos ambientales del poder utilizado para impulsar las transacciones de criptomonedas y un multiverso en constante expansión han llevado a avances tecnológicos en computación verde. Se ha producido un cambio convincente en la mentalidad de los consumidores hacia un comportamiento ambientalmente consciente. En una encuesta de consumidores de IBM de 2020, Meet the 2020 Consumers Driving Change(1), el 57 por ciento de los consumidores globales declararon que cambiarían sus hábitos de compra para disminuir el impacto negativo en el medio ambiente y esto definitivamente ha sucedido desde que la encuesta también se realizó.

La Generación Z y los millennials han desempeñado un papel esencial en la base de estos cambios sociales y regulatorios. Como clientes, han exigido más a las organizaciones e insistieron en aumentar el enfoque ESG. Las redes sociales y las plataformas digitales han facilitado la identificación de aquellas empresas cuyas prácticas no se alineaban con sus valores, al ofrecer prácticas más conscientes a sus lugares de trabajo en torno a iniciativas de equidad, diversidad, inclusión y medio ambiente. Este impulso popular ha obligado a los gobiernos de todo el mundo a adoptar iniciativas regulatorias.

Una vez que quedó claro que los productos NEGOCIADOS en bolsa (ETP) ESG superaron al ETP no ESG, los mercados de capitales se pusieron de pie y tomaron nota. Hoy en día, los reguladores exigen que todas las empresas que cotizan en bolsa compartan su calificación ESG. Sin certificación, sin flotación.

Impacto

Las cosas no sucedieron de la noche a la mañana, pero el cambio sin precedentes en la postura regulatoria del mundo y las expectativas de igualdad y resultados sociales ha transformado la sociedad. Ninguna empresa realiza negocios de la manera en que lo hacía hace 20 años, y la priorización de ESG es ahora una ventaja competitiva comúnmente aceptada. La mentalidad global ha cambiado, y la sociedad ahora reconoce su papel histórico en la destrucción del mundo natural. Y este reconocimiento ha llevado a importantes innovaciones tecnológicas en productos positivos para el carbono. El mundo está ahora más cerca de alcanzar sus objetivos de cero emisiones netas mucho antes de lo previsto.

A pesar de los rápidos avances de los últimos 20 años, todavía queda mucho por hacer.

Si bien la economía basada en valores y el monitoreo continuo de las métricas ESG han transformado los modelos de negocio y la cultura del lugar de trabajo a uno que promueve el activismo en temas sociales y ambientales, algunas industrias y organizaciones aún no han estado a la altura del desafío.

Muchos han descubierto lagunas que les permiten cosechar los beneficios de una alta calificación de ESG sin comprometerse a un cambio positivo. Durante los próximos 20 años, estas lagunas deben ser cerradas, impulsadas por la conciencia, el compromiso y la acción de la comunidad y los interesados.

1 “Meet the 2020 consumers driving change: Why brands must deliver on omnipresence, agility, and sustainability." IBM Institute for Business Value. December 2019. https://www.ibm.com/thought-leadership/institute-business-value/report/consumer-2020

  

Authors

Roni Michael

Libby Duckworth

KPMG in Canada

Nhlamu Dlomu

Vysha Raveendran

KPMG Australia