Cuando ya se están aplicando las vacunas en la mayor parte del mundo y se está visualizando la luz al final del túnel de la crisis derivada de la pandemia, todavía hay importantes retos a ser considerados por el sector turístico. Estos retos los podríamos resumir en los siguientes factores: liquidez, concentración en la industria, recuperación de demanda, competitividad, sostenibilidad y experiencia del cliente.

Liquidez

El principal reto para la industria turística, hoy, es la liquidez. Ahora cuando las compañías turísticas comienzan a operar con una demanda débil que va acompañada de unas tarifas bajas para estimularla, van a crearse importantes tensiones de liquidez en la industria. Este aspecto se agudiza además por la reducción en la capacidad de “autofinanciación” de la industria a través de las reservas que, dada la situación todavía incierta, tienen periodos de anticipación que no son suficientes para considerarse una financiación efectiva por su bajo volumen. Para poder superar este reto con éxito, será necesaria una comunicación técnica y efectiva entre el sector turístico y el sector bancario, para poder llegar a transacciones exitosas de financiación o refinanciación de deuda existente, que sirvan para poner en marcha la maquinaria turística.

Concentración de la industria

Como en crisis anteriores que han acaecido en todo el mundo, el fenómeno más habitual será la concentración de la industria, ya sea por la desaparición de los participantes más débiles o bien por la concentración alrededor de los participantes que son más fuertes y que además han demostrado mejor desempeño en los años pasados. Los procesos de ventas de negocios serán para muchos la forma más eficiente de salir de un negocio que, aunque con mucho glamour, es complejo dadas la multitud de variables externas que maneja.

Recuperación de la demanda

La recuperación de la demanda se espera lenta y que se dilate hasta el año 2024. Este efecto será muy diferente destino por destino. Los factores más relevantes para la recuperación de demanda serán: 1) La seguridad sanitaria que provea el destino, factor muy ligado al ritmo de vacunación del país. Hay que entender que países con niveles de vacunación altos o inmunes, tendrán una ventaja competitiva frente a los que no puedan demostrar esta seguridad. 2) La conectividad para países como Panamá e iniciativas de “Stopover” para aprovechar el tráfico de su aeropuerto de conexión son básicas para el éxito de la recuperación de la demanda.

Hay muchos países en la región, como México, con una demanda interna muy robusta capaz de compensar, en gran medida, la reducción de tráfico internacional, la reducción de conectividad o las restricciones que se impongan en las fronteras de los principales países emisores. Sin embargo, hay otros países, como Panamá, República Dominicana y otros en Centro América, que son altamente dependientes del turismo internacional, por lo que tienen que recuperar de forma rápida su conectividad y para eso será necesario el diseño de estímulos enfocados a las compañías aéreas y a su aportación de pasajeros al país.

Competitividad y sostenibilidad

La competitividad de un destino se fundamenta en sus inversiones en infraestructuras. Estas inversiones irán dirigidas hacia la Educación, necesaria para asegurar la calidad de servicio y un nivel de productividad adecuado; la Seguridad, tanto física como sanitaria, necesaria para dar confianza al turista; el Transporte, que asegura conectividad internacional y doméstica; Gestión de Residuos, Agua y Energía, que suministran los insumos básicos para una industria altamente consumidora de estos factores.

Además de competitividad, estas infraestructuras aseguran la sostenibilidad, dado que los hábitos de consumo del territorio del turista son muy diferentes al residente y el déficit de estos activos puede ocasionar un fuerte impacto en el destino.

Estos factores señalados no son solo un reto a corto y medio plazo, sino que definirán los destinos exitosos a largo plazo en la región, dado que el turista del futuro tiene un perfil consciente y respetuoso con el medio ambiente, la fauna y flora local, las costumbres y distintas etnias de los países y estos aspectos serán factores relevantes para la selección del destino para hacer ese tan deseado descanso.

Experiencia del cliente

La “nueva realidad” y las restricciones han hecho que se reduzcan de forma muy relevante la experiencia del cliente. Restaurantes temáticos cerrados en hoteles, exposiciones y museos cerrados o con limitado aforo, entre otros. Es necesario ajustar el modelo turístico a la experiencia del cliente en la nueva realidad. Si queremos que el turismo retorne de la misma forma que antes de la pandemia, hay que recuperar la experiencia que tanto se trabajó en el pasado con tan excelentes resultados, pero que hoy se ha visto significativamente reducida.

Con estos retos, lo único que quiero remarcar es que todavía quedan situaciones complejas que gestionar en la industria, pero como se ha demostrado en crisis anteriores, la resilencia, los valores, las externalidades positivas y su necesidad, hoy más que nunca para mejorar nuestra salud, hacen que el turismo sea una industria de futuro y que después de diversos ajustes y lecciones aprendidas emerja más fuerte que antes.

Sobre el Autor

Contáctenos