Julio 2019
Desde la última publicación de NAFTA Insights (hoy T-MEC) se ha puesto en marcha la implementación del acuerdo. Grupo Eurasia proporciona los últimos avances de este proceso, analizando el estatus en los tres países desde un punto de vista de negocios.
¿Qué es lo último en términos políticos?
El T-MEC libera aprobación en México pero su ratificación sigue siendo poco probable en EE.UU.
El 19 de junio de 2019, el Senado mexicano ratificó el Tratado México, Estados Unidos, Canadá (T-MEC) con un contundente apoyo (89% de votos a favor), lo que hizo que México fuera el primer país de los tres firmantes en aprobar el tratado.
La ratificación viene tras la posibilidad de que se pudieran imponer impuestos a todos los productos mexicanos que llegaran a EE.UU. El presidente de México mantiene el compromiso conservar buenas relaciones con EE.UU. y no tuvo inquietudes sobre la negociación, buscó apartarlo de la agenda para que ya no interfiriera con las prioridades nacionales. En este sentido, la pronta ratificación de la negociación en el Senado mexicano es parte de los esfuerzos por demostrar que seguirá la colaboración con EE.UU., pero también que el debate se enfoca en la ratificación por parte de EE.UU.
Este sigue siendo el principal desafío de la negociación. Aunque las discusiones sobre la negociación en EE.UU. se han intensificado, su ratificación sigue siendo poco probable dado el ajustado calendario y la política partidista (hay 35% de probabilidad de que se apruebe este año). El 30 de mayo de 2019, el presidente estadounidense presentó la Declaración de Acción Administrativa (SAA, por sus siglas en inglés) que es necesario presentar por lo menos 30 días antes de la implementación de un proyecto de ley ante el Congreso. Con la Declaración ya presentada, la Presidencia estadounidense podría presentar la implementación del proyecto de ley antes del 29 de junio de 2019, después de lo cual el Congreso debe votarlo durante los siguientes 90 días de sesión. La Cámara tiene 60 días para aprobarlo, aunque el Senado tiene 30 días adicionales.
Por lo tanto, el procedimiento obliga a un voto a favor o en contra una vez que se presente el proyecto, algo que tiene por objeto acelerar la aprobación, aunque las negociaciones con los demócratas de la cámara están complicando los prospectos de ratificación, ya que buscan abrir nuevamente la negociación, en particular, cuando se trata de una exigibilidad más estricta de las normas laborales y ambientales, así como de disposiciones adicionales sobre los precios de medicamentos.
Cuando se ratificó el predecesor del T-MEC (el TLCAN), se incluyeron acuerdos colaterales sobre asuntos laborales y ambientales para manejar las inquietudes como una forma de evitar la reapertura de la negociación. Ahora, la Casa Blanca junto con Robert Lighthizer del USTR esperan utilizar mecanismos similares para calmar cualquier aprehensión acerca de la negociación; sin embargo, la visión de los demócratas sigue siendo endurecida y a medida que se acerca el ciclo electoral de 2020, las consideraciones partidistas se intensificarán a medida que se aproxime el voto.
Es probable que reabrir la negociación sea una línea roja para ambos presidentes. El T-MEC sería un logro significativo en el primer periodo del presidente estadounidense, en tanto que para México requeriría que la atención se desviara de lo que considera más relevante.
Como tal, en un contexto de elevadas tensiones, es probable que la Presidencia de EE.UU. incremente la amenaza de retiro del TLCAN, que sigue vigente en tanto se ratifica el T-MEC, como táctica para presionar a los demócratas a que aprueben la negociación en el Congreso. Dicho lo anterior, dadas las implicaciones políticas y económicas de dicho movimiento, es poco probable que se materialice la amenaza.
El enfoque de EE.UU. en los principales temas electorales como comercio, seguridad y migración conducirán a brotes de volatilidad en 2020. Al final, aunque es probable que la incertidumbre que circunda las relaciones comerciales de América del Norte aumente, es viable también que se mantenga el statu quo con el TLCAN, hoy vigente.
La visión de México
Desde una perspectiva mexicana, la ratificación del T-MEC es un claro mensaje para proporcionar certidumbre a los inversionistas nacionales e internacionales que realizan negocios en México, así como para transmitir un mensaje de que es un socio confiable que es fiel a su palabra y compromisos internacionales. La ratificación ocurrió una vez que se celebró la Reforma Laboral, mientras EE.UU. revocaba el impuesto al acero y al aluminio proveniente de México.
Los textos finales del T-MEC se hicieron públicos el 3 de junio de 2019, así que es recomendable que las compañías corroboren cualquier posible modificación al contenido que utilizaron para analizar el posible efecto del T-MEC sobre su industria, sector y compañía. El siguiente paso para México sería la publicación del T-MEC en el Diario Oficial de la Federación por parte del Poder Ejecutivo.
La visión de Canadá
Como resultado de la ratificación del T-MEC por parte de México, Canadá también está en ese camino. El 13 de junio de 2019 la Cámara de los Comunes aprobó la segunda lectura del T-MEC (Proyecto C-100) con un voto de 152-100. El siguiente paso es una tercera lectura en la Cámara de los Comunes, donde se implementará o rechazará el Proyecto C-100. De implementarse, se podría enviar a un comité para discusión antes de enviarlo al Senado para su consideración. Con el Partido Liberal del primer ministro, que mantiene la mayoría de los escaños en el Parlamento, todos los indicios apuntan a que la Cámara de los Comunes aprobará el T-MEC.
La disposición del gobierno canadiense de ratificar el tratado se combina con la reciente retractación de los impuestos al acero y al aluminio por parte de Canadá y de EE.UU. En este sentido, los negocios canadienses perciben un mayor sentido de certidumbre con respecto al comercio transfronterizo con EE.UU.
No obstante, aunque ha habido actualizaciones positivas en el ámbito comercial, los negocios canadienses siguen sintiendo un grado de incertidumbre en el comercio internacional. Aunque Canadá está actualmente en vías de ratificar el T-MEC, es poco claro si también lo hará EE.UU. Además, la creciente fricción en las relaciones entre Canadá y China está causando dudas entre las compañías canadienses contratadas en negocios transfronterizos con China.
Los negocios canadienses tienen la responsabilidad de mostrarse proactivos, ya que la planeación de escenarios puede mitigar incertidumbres en el ámbito comercial. Canadá ya está en una posición única con 13 acuerdos de libre comercio vigentes, uno de los más destacados y recientemente ratificado es el Tratado Integral y Progresista de Asociación Transpacífico. El uso de este tipo de acuerdos, junto con el abastecimiento de bienes de los países miembro, permite que las compañías canadienses diversifiquen sus cadenas de suministro y reduzcan el efecto de la incertidumbre comercial.
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