Por Jesús Luna

Hoy, los riesgos emergentes representan una gran amenaza para las organizaciones, y lo serán aún más en la medida en que se sigan generando situaciones disruptivas en la economía, los negocios, la tecnología, las formas de financiamiento, entre otros temas.

 

Contar con un programa de gestión de riesgos exitoso en la organización genera contenido de valor acerca de aquellos riesgos que afectan los planes estratégicos y de crecimiento de la entidad, a través de un proceso que permite analizar, evaluar e informar sobre potenciales impactos y oportunidades que surgen de los mismos, así como la reacción y enfoque de la empresa ante dichos riesgos.

 

El programa de gestión de riesgos tiene que ser lo suficientemente práctico para poder ser implementado como parte del curso normal de las operaciones. Es importante que en el proceso de identificación de riesgos del negocio se involucre a la dirección general y a los directivos clave que desempeñan un papel sustancial en las diferentes áreas de la compañía; lo anterior para alcanzar una evaluación integral de riesgos.

 

Un objetivo fundamental de esta dinámica es entender con profundidad los riesgos ligados a las estrategias de la organización y, al mismo tiempo, ser una herramienta clave para la ejecución de los procesos clave de la organización, al proveer capacidades para anticipar impactos potenciales derivados de dichos riesgos, o bien, para aprovechar oportunidades que surjan de los mismos.

 

Un punto relevante es evaluar los posibles impactos financieros y no financieros que surgen de dichos riesgos potenciales, para evaluar si dichos riesgos y sus efectos están dentro de los límites que la entidad está dispuesta a aceptar, así como la respectiva tolerancia a pérdidas. Estos análisis dan el panorama a la entidad para formular la estructura apropiada de acuerdo con el perfil de riesgo aceptado por la compañía.

 

A continuación, detallamos algunas de las razones que soportan la razón de por qué implementar un programa de gestión de riesgos:

  • Provee tranquilidad a los accionistas, órganos de gobierno, así como a la Alta Dirección
  • Mejora la reputación de la entidad ante sus grupos de interés
  • Marca la diferencia ante un evento de liquidez (fondo de inversión, emisión de deuda o de acciones)
  • Brinda un enfoque proactivo ante riesgos existentes y emergentes
  • Provee información relevante para la toma de decisiones en tiempo y forma

 

Por otra parte, de igual manera surgen beneficios para una entidad que implementa un programa de gestión de riesgos, mencionando entre otros, los siguientes:

  • Minimiza el factor sorpresa en relación con los riesgos que afectan el negocio
  • Logra una operación de la entidad de una forma más alineada y estandarizada 
  • Puede lograrse una reducción de mermas potenciales y minimiza o elimina pérdidas no previstas (eficiencia y cumplimiento)
  • Identifica proactivamente áreas de oportunidad en los procesos clave del negocio
  • Provee una plataforma robusta para el Gobierno Corporativo de la entidad
  • Es una plataforma para compartir responsabilidad en los diferentes niveles directivos de la organización, permitiendo rendición de cuentas y transparencia en la entidad

 

Finalmente, es importante que la entidad haga un alto y se cuestione si efectivamente cuenta con una adecuada gestión de riesgos. De lo contrario, podría estar perdiendo tiempo valioso que pudiera marcar la diferencia en la actualidad ante los constantes cambios disruptivos que se presentan en cada una de las industrias y sectores.
 

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