El deterioro de la calidad de los activos debido a la COVID-19 no ha sido tan intenso como se preveía. Este hecho se debe, en gran parte, al éxito de las medidas de apoyo económico puestas en marcha a nivel nacional y europeo. Por otro lado, los acontecimientos macroeconómicos -el aumento de las tensiones en las fronteras de la UE, el incremento de la inflación y el riesgo persistente de nuevas oleadas de COVID-19- se ciernen sobre la recuperación prevista para 2022-2023.
Las previsiones para los próximos años contemplan un fuerte crecimiento en toda la Unión Europea al mantenerse las medidas de apoyo de COVID-19 -aunque la mayoría de los Estados miembros están reduciendo gradualmente estos programas- y la disponibilidad de financiación adicional a través del Plan Europeo de Recuperación (Next Generation EU).
Sin embargo, las tensiones geopolíticas que se están produciendo en Ucrania afectarán a los países de la UE, debido a su proximidad y a las fuertes relaciones económicas con la región. Por ello, el crecimiento previsto anteriormente ahora se presenta a la baja en todo el continente, especialmente en los países con mayor dependencia de los combustibles fósiles importados. En este informe, identificamos y analizamos los temas clave del panorama del desapalancamiento bancario europeo que ocuparán un lugar central en 2022, y analizamos el comportamiento de los mercados de venta de préstamos en Europa en 2021.