A medida que el sector sigue evolucionando a un ritmo sin precedentes, las empresas están revisando sus funciones de front-office, middle-office y back-office para apoyar las estrategias de crecimiento y cumplir los objetivos empresariales.

Además, los directivos de las compañias están buscando a sus actuarios para ampliar su apoyo en áreas en evolución como la cuantificación del riesgo ESG, la planificación financiera y las mejoras de análisis, la integración de la inteligencia artificial (IA) y la identificación de nuevas oportunidades de mercado. Las aseguradoras quieren que sus actuarios ofrezcan mejores perspectivas, a través de una gama más amplia de temas que estén más alineados con el negocio.

 

El informe destaca cinco consideraciones a tener en cuenta a la hora de modernizar la función actuarial de los seguros:

  1. Establecer una visión global alienada con la estrategia empresarial: La función actuarial es difícil de transformar en pequeños pasos aislados. Debe integrarse en una transformación financiera más amplia y alinearse con la estrategia global de la empresa.
  2. La estandarización del dato: los datos son una forma de que el departamento financiero desbloquee la inteligencia empresarial y ofrezca información y valor. La clave no está sólo en controlar los datos, sino en la capacidad de estandarizarlos.
  3. Entender la tecnología: la transformación actuarial debe estar dirigida por la empresa y posibilitada por la tecnología. Esto significa empezar por el problema que los directivos intentan resolver para la empresa y, a continuación, seleccionar las tecnologías pertinentes que pueden ayudarle a resolver esos problemas.
  4. Transformar a las personas: los directores de actuarios quieren ofrecer al negocio información valiosa y transformadora utilizando los últimos avances tecnológicos, y buscan mejores formas de optimizar lo que antes eran flujos de trabajo manuales y complejos.
  5. Gestionar el cambio: uno de los principales retos para los directores financieros y de actuarios es lograr una transformación sostenible al tiempo que se mantienen con éxito las operaciones. Para ello es necesario contar con una hoja de ruta de transformación clara que describa los pasos prácticos y graduales a lo largo del camino, respaldada por una sólida capacidad de gestión de proyectos que garantice que el programa se ejecuta dentro de los plazos y los costes previstos.

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