Hace 4 años que el Reglamento General de Protección de Datos (en adelante, RGPD) comenzó a ser de plena aplicación, después de dar un plazo de dos años a las entidades para adaptarse, desde su entrada en vigor en mayo de 2016. Desde entonces y hasta la fecha, muchas han sido las acciones, reflexiones y planes abordados por las empresas. Ahora, hemos llegado a un momento en que el cumplimiento debe estar más que justificado, y además, la cultura de la privacidad debería haber calado dentro de las organizaciones.

Desde KPMG se cuenta con un buen conocimiento de esta situación a la que muchas compañías se enfrentan día a día y por ello entendemos que el nivel de cumplimiento en la última fase del ciclo de vida de los datos, deriva de los desafíos a los que se tienen que enfrentar las compañías, tanto técnicos como organizativos, para poder implementar soluciones en la práctica.

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