Los aspectos medioambientales, sociales y de gobernanza (ESG), así como sus oportunidades y riegos asociados, son cada vez más relevantes para las instituciones financieras. Para los bancos, la sostenibilidad no es sólo una cuestión ética, sino que muy pronto también podría convertirse en una cuestión económica y existencial, generando un nuevo tipo de riesgo: el riesgo ESG. Los bancos deben abordar este tipo de riesgos de forma holística al integrarlos en sus marcos de gestión de riesgos. Este proceso incluye ajustar las estrategias de negocio y de riesgo, asegurándose de que las funciones y responsabilidades sean totalmente transparentes en las tres líneas de defensa.