La desigualdad sistémica es una fuente de riesgo que limita la productividad y tiene el potencial de restringir el gasto y el crecimiento de los consumidores, desestabilizar las cadenas de suministro, desencadenar la inestabilidad política y poner en peligro la licencia social para operar.
Un entorno económico cada vez más inestable, junto con graves fenómenos climáticos, está alimentando el malestar político y social, creando un círculo vicioso de creciente desigualdad y deterioro de la cohesión social. Y aunque la "S" de ESG es fundamental para garantizar un mundo justo y equitativo, también es una oportunidad de negocio para hacer las cosas bien.
La adhesión de las empresas a los principios ESG se ha convertido en un imperativo legal y las partes interesadas exigen más transparencia y responsabilidad. Las empresas que satisfacen las crecientes expectativas sociales pueden atraer y retener talento, generar oportunidades de negocio y mejorar su reputación, mientras que las que no se adaptan pueden tener dificultades para competir.
En KPMG, entendemos las interrelaciones entre los pilares sociales, ambientales y de gobernanza de ESG, y las empresas de KPMG pueden ayudar a conectar los puntos para que tu negocio sea justo, inclusivo y sostenible - apoyando a tu empresa a través de un panorama social que cambia rápidamente para servir mejor a los clientes, los consumidores y las comunidades en las que vivimos.
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