Impulso en Argentina y en América Latina
Impulso en Argentina y en América Latina
Existen fuertes expectativas de aumentar las inversiones en la región y en especial en la Argentina a partir de la sanción de la Ley 27.191 y las primeras licitaciones llevadas a cabo. En el mundo el 23% de la energía eléctrica producida ya proviene de fuentes renovables.
Desarrollo de Energías Renovables
Buenos Aires, 12 de diciembre de 2016 / KPMG. Un informe especial realizado por KPMG Argentina indica que el escenario de importantes inversiones en energías renovables que se registra en Latinoamérica presenta una oportunidad ideal para que Argentina aproveche el impulso generado por la entrada en vigencia de la Ley 27.191 para revertir la situación de actual desventaja en relación con el resto de los países de la región. “En un contexto mundial cada vez más influenciado por la amenaza del cambio climático, la polución generada por las fuentes de energía convencionales y los avances tecnológicos orientados al aprovechamiento de recursos naturales, el interés generado por los proyectos destinados a la explotación de fuentes renovables es creciente, tanto desde los Estados nacionales como desde los inversores privados”, explica el estudio.
En este sentido, se sostiene que el marco para invertir es altamente favorable, teniendo en cuenta el potencial de recursos y los diferentes climas que forman parte del territorio argentino. En los últimos cinco años Argentina acumuló inversiones en el sector por más de U$S 1.800 millones. En el estudio se destacan las características climáticas y geográficas que permiten planificar proyectos utilizando energía solar en el NOA, eólica en la Patagonia y en el sur de la Provincia de Buenos Aires, generada por biomasa en el NEA y en la región pampeana, así como energía de tipo hidráulica en provincias como Córdoba, Entre Ríos, Mendoza y Tucumán. “Existe un fuerte consenso, tanto general como político, en apoyar y fomentar proyectos de inversión que reduzcan el déficit energético argentino, al tiempo que contribuyan a disminuir los efectos adversos del cambio climático”, se dice para agregar luego que “en consecuencia, la implementación de políticas públicas y el desarrollo de proyectos privados de gran envergadura destinados a incentivar el desarrollo sustentable y el cuidado del medio ambiente, así como la generación de energía eléctrica que permita satisfacer una demanda cada vez mayor, impulsada por el crecimiento económico de la región, constituyen, hoy en día, contextos económicos muy atractivos para los capitales privados, como lo demuestra el progresivo flujo de inversiones en todo Latinoamérica.”
El impulso latinoamericano
Al analizar el desarrollo de las energías renovables en América latina (excluyendo a Brasil) el informe afirma que en 2005 la inversión total en la región en proyectos de generación de energías limpias fue de US$ 1.000 millones y que entre 2013 y 2015 la cifra alcanzó los US$ 9.300 millones. Se indica que esta tendencia es posible debido a que los países de la región son percibidos cada vez más como economías con grandes ventajas comparativas en cuanto a recursos naturales y como mercados estables que pueden garantizar ganancias y buenas condiciones de financiación para este tipo de inversiones.
También se agrega que actualmente las energías renovables más promisorias para América Latina son la eólica, la solar fotovoltaica y la biomasa, debido a que sus costos de inversión pueden llegar a ser menores a US$ 2 millones por megavatio instalado (MW), al tiempo que representan casi el 35% de la capacidad instalada de energías renovables a nivel mundial. Particularmente, la energía eólica constituye la mejor opción en las regiones con velocidad de viento lo suficientemente constante, porque sus costos descenderían a menos de US$ 1 millón por MW, mientras que en América Central la energía hidroeléctrica es también una inversión redituable, ya que es capaz de disminuir los costos de instalación incluso por debajo de los de la energía eólica cuando los recursos naturales y las condiciones económicas del país son favorables, al tiempo que permite proporcionar energía a demanda sin depender de fuentes variables una vez que el depósito de agua está completamente lleno.
Al analizar el comportamiento de los países de la región, el informe destaca, entre otros datos, que Uruguay es el que tiene mayor porcentaje de energía eólica, con un 30% del abastecimiento a su sistema energético, y que Brasil se encuentra entre los diez países que más invirtió en el mundo en energías renovables, con más de U$S 75 mil millones en los últimos 5 años. Por su parte, Chile se destaca por tener planes de largo plazo y por trazarse como objetivo tener el 20% de energías limpias para el año 2025, ocupando el segundo lugar en el mundo en términos de crecimiento de la inversión en el sector con U$S 8.500 millones entre 2009 y 2014, y Perú está en un proceso de diversificación de su matriz otorgando concesiones para centrales de biomasa, solares, eólicas, y pequeñas represas hidroeléctricas.
Energía limpias en el mundo
Finalmente, en cuando a la evolución del sector a nivel mundial, el informe de KPMG cita datos de la Agencia Internacional de Energía que indican que el 23% del total de electricidad generada en el mundo corresponde a energías renovables. Y agrega que durante 2015 la capacidad eléctrica relacionada con fuentes limpias alcanzó su máximo histórico de crecimiento del 5%, principalmente gracias a políticas públicas globales que facilitaron y fomentaron el desarrollo de este tipo de recursos. Esta tendencia es importante teniendo en cuenta que la población mundial ronda los 7.300 millones de personas que se abastecen de energía con una matriz que depende en un 80% de los combustibles fósiles. Citando como fuente a la organización Carbon Tracker Iniciative, KPMG señala que un informe realizado por esa organización comparó los costos globales de desarrollar un proyecto energético utilizando diferentes fuentes de energía (renovables, gas, carbón o petróleo) llegando a la conclusión de que las energías limpias son más baratas que las convencionales.
“Argentina cuenta con recursos naturales muy importantes para el impulso de las Energías Renovables. La ley 27191 que establece la meta del 8 % de generación de energía eléctrica a partir de fuentes renovables para fines del 2017, es una un marco adecuado para el desarrollo de estos recursos. Los resultados de las licitaciones del plan RenovAr (Ronda 1 y 1.5) han superado largamente las expectativas del Gobierno y del sector; esto es un muy buen punto de partida para que finalmente las energías renovables sean una realidad en nuestro país”, afirmó Omar Díaz, socio de KPMG responsable de Energías Renovables.-